Romanos 8:22 - Printer Friendly

LBLA: Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora.

NBLA: Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto.

NVI: Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto.

RV1960: Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;

JBS: Porque ya sabemos que todas las criaturas gimen (a una), y (a una) están de parto hasta ahora.

El versículo anterior describió un momento en el futuro durante el que los hijos de Dios se manifestarán en gloria, y toda la creación será liberada de la esclavitud de la decadencia y la corrupción. En otras palabras, todo se arreglará. La creación volverá al estado que ocupaba cuando se creó por primera vez, antes de que el pecado entrara en el mundo (Apocalipsis 21:1–4; 1 Juan 3:2).

Ahora Pablo deja en claro que todavía no hemos llegado hasta ese punto. En este momento, toda la creación sigue gimiendo junta en los "dolores del parto". Claramente, este gemido de la creación, el cual es provocado debido al sufrimiento que está experimentando, ha estado sucediendo desde que el pecado entró en el mundo; de hecho, todavía está sucediendo. Pablo también añade una expresión que nos trae esperanza. Este gemido se puede asemejar a los dolores de parto. En otras palabras, el dolor es real, vívido e intenso, pero nos está conduciendo hacia un momento de "nacimiento" en el que todo se arreglará y todo el dolor se acabará olvidando.

Esto es similar a una analogía que el mismo Jesús usa en Juan 16:21–22: "cuando la mujer da a luz, siente dolor porque ha llegado su hora; pero después de que ha dado a luz al niño, ni se acuerda de la angustia, por la alegría de que haya nacido un hombre en el mundo. También ustedes ahora están tristes; pero yo los volveré a ver, y su corazón se alegrará, y nadie les arrebatará su alegría".

Una vez más, vemos que este pasaje de Romanos no ignora ni descarta el sufrimiento humano. El dolor es real y los seres humanos experimentan sufrimiento en esta vida. La idea aquí no es que el dolor sea agradable, al contrario, es algo miserable. Lo que nos da esperanza mientras sufrimos es lo que nos espera en el otro lado. Esto es muy parecido a una mujer durante el parto; de hecho, ninguna mujer desea experimentar el dolor en sí mismo, pero está dispuesta a soportarlo para así experimentar la inmensa alegría que viene después.

Pablo nos mostrará en el siguiente versículo que no solo la creación está gimiendo en estos momentos, sino que los cristianos también lo hacen: todos nosotros también anhelamos el día en que el sufrimiento termine y todo se arregle.

Romanos 8:18–30 habla de cómo los cristianos experimentan y deben entender el sufrimiento cotidiano, un sufrimiento que de hecho toda la creación experimenta también. Todos gritamos de dolor juntos como una mujer de parto mientras esperamos a que Dios revele a Sus hijos. Al ser Sus hijos, estamos esperando a que el Padre complete nuestra adopción redimiendo nuestros cuerpos para que podamos estar con Él. El Espíritu de Dios nos ayuda mientras esperamos, llevando nuestras oraciones hasta Dios; confiamos en que Dios usa todas las circunstancias de nuestra vida para llevar a cabo sus propósitos y que nos ha elegido desde hace mucho tiempo para ser sus hijos.

Romanos 8 comienza y termina con declaraciones acerca de la absoluta seguridad que los cristianos tienen ante Dios: no hay condenación para los que están en Cristo, y nada podrá separarnos de Su amor. Habiendo creído en el evangelio, ahora vivimos en el Espíritu de Dios. Eso nos permite llamar a Dios Abba, Padre. Sufrimos con Cristo y sufrimos junto con toda la creación mientras esperamos que Dios nos revele como Sus hijos. Con la ayuda del Espíritu, confiamos en que Dios está con nosotros y nos ama en Cristo.

En Romanos 7, Pablo reveló la frustración que sentía a la hora de hacer el bien, porque finalmente acababa haciendo justo lo contrario. Sin embargo, Pablo comienza Romanos 8 con la declaración triunfal de que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, ya que vivimos en el Espíritu y nos relacionamos con Dios como un niño lo hace con su padre. El Espíritu nos ayuda durante esta temporada de sufrimiento junto con toda la creación mientras esperamos a que nuestra adopción se complete a través de la redención de nuestros cuerpos. Sin embargo, estamos seguros de que Dios está a nuestro favor y nada puede separarnos de Su amor.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.