¿Qué significa Romanos 8:8?
LBLA: y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
NBLA: y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
NVI: Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.
RV1960: y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
JBS: Así que, los que son carnales no pueden agradar a Dios.
Comentario del verso:
Pablo acaba de escribir que los no cristianos, aquellos que viven de la carne egoísta, autosuficiente y pecaminosa, no son capaces de someterse a Dios. Eso tiene sentido. Después de todo, vivir para uno mismo, por definición, significa no vivir para los demás, incluido Dios.
Es por eso por lo que Pablo ahora dice algo que nos podría sonar un poco fuerte: los que viven en la carne no pueden agradar a Dios. Es importante recordar dos cosas aquí. Primero, los cristianos ya no son personas que vivan según "la carne". Nuestro estado ha cambiado, debido a la fe en Cristo, y ahora estamos "en el Espíritu". En segundo lugar, cuando Pablo habla de la "carne" en Romanos, no solo se refiere al pecado sexual o la codicia, ya que así es como pensamos a menudo sobre los pecados de la carne, sino que la carne incluye toda clase de egoísmo y actitudes orgullosas.
Pablo también introduce en la conversación la idea de cómo se siente Dios por las personas. Dios se complace con los que están en Cristo porque Dios se complace con Cristo (Mateo 17:5). Nuestra identidad en Cristo marca la diferencia. Dios no se complace con aquellos que egoístamente piensan y actúan con el único objetivo de complacerse a ellos y a ellas mismas.
Debemos tener cuidado con esto: es cierto que Dios ama al mundo (Juan 3:16), pero ha expresado ese amor al enviar a Su Hijo para hacer posible que todos los que crean puedan formar parte de Su familia. A Dios le agrada la fe que las personas depositan en Él. Sin esa fe, es imposible agradarle (Hebreos 11:6). La santidad de Dios no les permite formar parte de Su salvación a aquellos que lo rechazan a Él y a Su Hijo (Juan 3:18)
Resumen de contexto:
Romanos 8:1–11 comienza con una enorme declaración sobre la gracia de Dios: no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Después de describir cómo esto es posible, gracias a la vida y muerte de Jesús, Pablo compara dos tipos de vida. Una es la vida en el Espíritu Santo, para los que están en Cristo, la otra es la vida que se vive según la carne. Los que están en la carne, es decir, los no cristianos, muestran una actitud hostil contra Dios. Los cristianos tienen el Espíritu; los que no lo tienen no son cristianos. Debido a que el Espíritu está en nosotros, seremos resucitados de entre los muertos tal y como Jesús fue resucitado también.
Resumen del capítulo:
Romanos 8 comienza y termina con declaraciones acerca de la absoluta seguridad que los cristianos tienen ante Dios: no hay condenación para los que están en Cristo, y nada podrá separarnos de Su amor. Habiendo creído en el evangelio, ahora vivimos en el Espíritu de Dios. Eso nos permite llamar a Dios Abba, Padre. Sufrimos con Cristo y sufrimos junto con toda la creación mientras esperamos que Dios nos revele como Sus hijos. Con la ayuda del Espíritu, confiamos en que Dios está con nosotros y nos ama en Cristo.
Contexto del capítulo:
En Romanos 7, Pablo reveló la frustración que sentía a la hora de hacer el bien, porque finalmente acababa haciendo justo lo contrario. Sin embargo, Pablo comienza Romanos 8 con la declaración triunfal de que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, ya que vivimos en el Espíritu y nos relacionamos con Dios como un niño lo hace con su padre. El Espíritu nos ayuda durante esta temporada de sufrimiento junto con toda la creación mientras esperamos a que nuestra adopción se complete a través de la redención de nuestros cuerpos. Sin embargo, estamos seguros de que Dios está a nuestro favor y nada puede separarnos de Su amor.
Resumen del libro:
El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.
Accessed 11/22/2024 1:51:35 AM
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