Romanos 9:32 - Printer Friendly

LBLA: ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo,

NBLA: ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo,

NVI: ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»,

RV1960: ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,

JBS: ¿Por qué? Porque la seguían no por fe, mas como por las obras (de la ley); por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo,

Durante los dos versículos anteriores, Pablo ha declarado una verdad fundamental sobre los gentiles y los judíos en forma de pregunta. Aunque los gentiles nunca vivieron bajo la ley de Moisés y nunca buscaron la justicia de Dios de esa manera, han recibido la justicia, y la misericordia de Dios con ella, a través de la fe en Cristo. Y, aunque el pueblo judío se ha esforzado por seguir la ley durante generaciones, buscando ser justificado ante Dios, no ha logrado guardar la ley ni ser justos.

Ahora Pablo responde a la simple pregunta "¿por qué?" con una respuesta igualmente simple. Pablo dice que el pueblo judío no buscaba ser justificado a través de la fe, sino que querían que Dios los declarara justos basándose en sus obras, en su capacidad para guardar la ley. Tal y como Pablo ha demostrado a lo largo de Romanos, nadie puede guardar la ley (Romanos 3:10; 3:23), por lo que nadie puede demostrar su justicia ante Dios de esa manera.

Al buscar ser justificados a través de sus propias obras, por su propio comportamiento, Pablo escribe que la mayoría de los israelitas han "tropezado con la piedra de tropiezo". Pablo aclarará en el siguiente versículo que esta piedra de tropiezo es Jesucristo.

En Romanos 9:30–33, Pablo declara que, aunque los gentiles no buscaron la justicia de Dios, se les acabó dando a través de la fe. Mientras tanto, Israel buscó la justicia siguiendo la ley y no la alcanzó porque no la buscó a través de la fe: tropezaron con Cristo, la piedra de tropiezo. Todos los que creen en Él nunca serán avergonzados.

Romanos 9 comienza con Pablo describiendo la angustia que siente por su pueblo, Israel, debido a que rechazaron a Cristo. Después de describir todos los privilegios que Dios le había dado al pueblo judío como nación, Pablo insiste en que Dios cumplirá esas promesas. Sin embargo, Pablo dice que no todas las personas que nacieron en Israel pertenecen a Israel. Dios se reserva el derecho de mostrarles misericordia a unos y no a otros, tal y como Pablo lo demuestra en las Escrituras. Dios es como un alfarero que crea vasos para ser destruidos y otros para ser glorificados. Dios ha llamado a su pueblo, tanto a los gentiles como a los judíos, a tener fe en Cristo, quien es la piedra de tropiezo.

Romanos 8 terminó con la gran frase de Pablo de que nada ni nadie puede separar a los que están en Cristo Jesús del amor que Dios siente por ellos. Romanos 9 da un giro brusco y ahora vemos a Pablo desconsolado porque su pueblo, los judíos, ha rechazado a Cristo. Pablo insiste en que Dios cumplirá Sus promesas con Israel, pero que no todos los nacidos en Israel son verdaderamente "Israel". Dios le mostrará misericordia a quien quiera, llamando a Su pueblo, tanto a los judíos como a los gentiles, a la fe en Cristo. En Romanos 10 Pablo reflexionará sobre la manera en la que los judíos pueden salvarse.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.