¿Qué significa Santiago 1:17?
LBLA: Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.
NBLA: Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.
NVI: Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.
RV1960: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
JBS: Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Comentario del verso:
En el versículo anterior, Santiago animó a sus lectores a no dejarse engañar. Las emociones y los pensamientos que surgen del pecado pueden engañarnos y alejarnos de Dios. Por tanto, es importante aferrarse a la verdad, y la verdad es que todo lo bueno que hay en nuestras vidas es un regalo de Dios. Cuando estamos pasando por dificultades, sentimos la tentación de dudar sobre si debemos confiar o no en Dios, y muchas veces empezamos a hacer listas de todas las cosas que creemos que nos faltan en nuestras vidas o de todas las cosas que hemos perdido. Si Dios fuera bueno, ¿no deberíamos tener todas esas cosas?

Este tipo de actitud nos expone a una tentación aún mayor, ya que empezamos a buscar en otros lugares las cosas buenas que creemos que nos estamos perdiendo: "si Dios no me lo va a dar", algunas veces pensamos, "tendré que ir a buscarlo yo mismo". Este tipo de actitud nos empujar a tomar el control de la situación, y comenzamos a tratar de satisfacernos a nosotros mismos.

Ahora, sin embargo, Santiago nos anima a cambiar esta manera típica que tenemos de pensar. En su lugar, Santiago dice que debemos hacer una lista de todas las cosas buenas que tenemos. ¿De dónde vinieron todas esas cosas buenas? Santiago anima a los creyentes en Cristo a decirse a sí mismos la verdad: que Dios ha sido quien nos lo ha dado todo, y Él es la fuente de todas las cosas que tenemos y de todas las cosas buenas que anhelamos recibir. Dios no cambia cuando nuestras circunstancias cambian, por lo que no pasa de ser un Dios bueno a un Dios malo cuando pasamos por dificultades, sino que Él sigue siendo la fuente de todo el bien que experimentamos a lo largo de nuestras vidas. Dios nunca cambia.

Santiago también usa un juego de palabras en este versículo para referirse a Dios como el Padre de las luces, o "de las luces celestiales". Dios es la principal fuente de luz. El sol nunca puede estar en la sombra. A veces, las sombras pueden ceñirse sobre nosotros, pero Dios es eterno y es luz. Si nos alejamos de Él, lo único que estaríamos haciendo es adentrarnos mucho más en las sombras. Apartarse de Dios para escapar de las dificultades es tan ridículo como esconderse del sol con el fin de escaparse de la oscuridad. Cuando nos enfrentemos a diferentes tipos de dificultades, debemos buscar a Dios, el único que puede hacer nuevas todas las cosas.

¿Cómo podemos serle fieles durante los tiempos más difíciles? Debemos reconocer que Dios es el origen de todas las cosas buenas que tenemos en nuestras vidas y de todo lo bueno que vendrá en el futuro.
Resumen de contexto:
En Santiago 1:1–18, Santiago comienza compartiendo un reto con los cristianos: debemos considerar los momentos difíciles de nuestras vidas como algo bueno, porque esas pruebas nos ayudan a confiar mucho más en Dios. Los cristianos que confían en Dios también buscan recibir Su sabiduría en lugar de tratar de encontrarla en el mundo. Por tanto, seguimos confiando en Él a través de las experiencias más difíciles, en parte, para recibir la corona de vida que se les ha prometido a quienes nunca se detienen. Además, no debemos culpar a Dios por nuestro deseo de pecar, sino que debemos darle gracias por todas las cosas buenas que hay en nuestra vida.
Resumen del capítulo:
¿Qué importancia tiene para los cristianos el hecho de confiar en Dios? Santiago dice que es muy importante que nos consideremos "dichosos" durante nuestros peores momentos, porque las pruebas nos ayudan a confiar más en Dios. Las personas que confían en Dios le piden sabiduría y luego reciben toda la sabiduría que Dios les da. Las personas que confían en Dios les dan más importancia a las recompensas que recibirán durante la próxima vida que a las riquezas que pudieran recibir en esta. Además, las personas que confían en Dios no lo culpan por su deseo de pecar, sino que le dan gracias por todo lo bueno que hay en sus vidas, se centran en seguir Su Palabra y actúan de acuerdo con lo que dice.
Contexto del capítulo:
Este primer capítulo del libro de Santiago marca el rumbo del resto de su carta, la cual Santiago les escribió a cristianos que estaban esparcidos por todo el mundo. Dios quiere que confiemos en Él a medida que aprendemos mucho más sobre quién es y cuál es Su voluntad. Esto es tan importante para Dios que Dios desea que nos consideremos dichosos incluso cuando estemos pasando por momentos difíciles, porque las dificultades nos ayudan a confiar más en Dios. Las personas que realmente confían en Dios le piden sabiduría, se alegrarán mucho por las recompensas que recibirán en la eternidad, saben que Dios es la fuente de todo lo bueno que tienen en sus vidas y se esforzarán, no solo en escucharlo, sino en obedecer lo que dice Su Palabra.
Resumen del libro:
El libro de Santiago habla sobre cómo debería expresarse una fe salvadora. ¿Cómo se revela la fe en Cristo en la vida de un creyente? ¿Qué decisiones tomamos cuando confiamos de verdad en Dios? Esas son las preguntas que responde Santiago en su libro. La mayoría de los eruditos creen que Santiago era el medio hermano de Jesús, nacido de José y María después del nacimiento de Jesús. Es posible que Santiago no llegara a creer que Jesús era el Mesías hasta después de Su resurrección. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los líderes de la iglesia cristiana en Jerusalén. Este es posiblemente el libro más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento, el cual se escribió alrededor del 40–50 d.C. James les está escribiendo a los cristianos judíos que se habían esparcido por el mundo.
Accessed 12/7/2025 3:25:56 AM
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