¿Qué significa Santiago 2:26?
LBLA: Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
NBLA: Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
NVI: Pues, como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
RV1960: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
JBS: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Comentario del verso:
Santiago termina aquí el argumento que nos ha estado presentando a favor de una enseñanza que a menudo se malinterpreta. Santiago ha querido dejar claro que una fe genuina en Dios siempre nos lleva naturalmente a hacer buenas obras. Esta no es una idea particularmente radical, ni siquiera desde un punto de vista no espiritual. Si realmente creemos que Dios es verdaderamente Dios y que nos ha salvado mediante nuestra fe en Cristo, ¿qué razón habría para no obedecerle? Nuestras obras no nos salvan, pero lo que hacemos si es evidencia de si realmente hemos alcanzado la salvación o no lo hemos hecho.
Santiago intenta aclarar esta idea aquí compartiendo una última ilustración. Santiago comparte aquí un ingenioso juego de palabras, similar a uno que Jesús usa en Juan capítulo 3. Santiago afirma que una fe sin obras está tan muerta como un cuerpo sin pneumatos. Este término griego puede significar "viento", el cual es un eufemismo que se usa para comunicar el verbo "respirar", o puede significar "espíritu", incluso con "S" mayúscula, es decir, el Espíritu Santo. El juego de palabras es clave para ver lo serio que Santiago está siendo acerca de las implicaciones que tiene esta enseñanza. Un cuerpo sin aliento está muerto. Una persona sin "el Espíritu" está espiritualmente muerta. Por tanto, Santiago vincula la falta de aliento, la falta de espíritu y la presencia de la muerte con el concepto de una fe que carece de obras.
Los cuerpos que no respiran están muertos. De la misma manera, la llamada "fe" -una que sea religiosa, basada en relaciones familiares, o una basada únicamente en el conocimiento y lo intelectual- que no va acompañada de buenas obras, no está viva, sino muerta. Lo que Santiago está implicando a nivel espiritual está claro: una fe sin obras no es una fe salvadora.
Las obras pueden llevarse a cabo de muchas maneras. En este capítulo, Santiago habló de las buenas obras de los cristianos que se aman los unos a los otros tal y como se aman a ellos mismos, e hizo hincapié específicamente en la importancia de satisfacer las necesidades físicas de las personas que tenemos a nuestro alrededor. Santiago también dijo que obedecer a Dios es crucial.
Lo que Santiago nos enseña aquí, a pesar de todo el debate que genera, se puede resumir brevemente de esta manera: hemos alcanzado la salvación a través de la fe, y la fe salvadora produce buenas obras. Por tanto, las personas que carecen de obras demuestran que no tienen una fe salvadora.
Resumen de contexto:
En Santiago 2:14–26, Santiago dice que la forma en que uno actúa (sus "obras") son una señal del tipo de "fe" que tiene. El tipo de "fe" que no provoca que las personas hagan buenas obras no es una fe salvadora, sino una fe que está muerta. De hecho, simplemente "desear" que una persona que está pasándolo mal acabe estando bien no sirve para nada si no hacemos algo para ayudar a esa persona. De la misma manera, Santiago dice que no basta con estar de acuerdo con una serie de verdades acerca Dios, ya que una fe que no resulta en acciones tangibles no es una fe salvadora, sino simplemente una opinión. Santiago no dice que la fe no es esencial para la salvación, ni tampoco afirma que se requieran obras para obtener o mantener la salvación. Sin embargo, lo que sí está claro es que una fe salvadora no puede separarse de las buenas obras, ya que las obras muestran evidencia de nuestra fe.
Resumen del capítulo:
Cuando tenemos una fe salvadora y genuina en Dios, esa fe produce naturalmente acciones buenas y llenas de amor: "obras". En el capítulo 1, Santiago habló sobre la importancia que tiene el hecho de actuar de acuerdo con la palabra de Dios, y no simplemente escucharla. Cuando les mostramos favoritismo a los ricos y despreciamos a los pobres demostramos que tenemos una falta de fe. De hecho, eso es pecado. Siguiendo estas ideas, Santiago insiste en que la "fe" que no resulta en buenas obras está muerta, y que ese tipo de creencia es meramente un credo intelectual que no resulta en una confianza y una fe verdadera y bíblica que nos lleva hacia la salvación. Santiago no niega que creer en Dios sea esencial para la salvación, ni tampoco afirma que las obras sean necesarias para obtener la salvación. En lugar de eso, argumenta que las obras son para la fe lo que el aliento es para el cuerpo: una señal de que está vivo. Una "fe" que no resulta en obras es como un cuerpo que no tiene aliento: está muerto.
Contexto del capítulo:
En el capítulo 1, Santiago dijo que una fe salvadora en Dios cambia la forma en que un cristiano piensa y reacciona ante los problemas de la vida, y también provoca que siempre busque ayuda y sepa que todo lo bueno viene de Él. Los creyentes escuchan la Palabra y la ponen en práctica. En este capítulo, Santiago dice que, debido a nuestra fe en Dios, no deberíamos mostrarle favoritismo a los ricos y a las personas más poderosas de la Tierra, sino que deberíamos amar a nuestro prójimo, incluidas las personas más pobres, como a nosotros mismos. También argumenta que la llamada "fe" que no resulta en obras, no es una fe salvadora en absoluto. A pesar de la controversia que ha provocado, esto no contradice la visión de Pablo acerca de que la salvación solo se recibe a través de la gracia. Santiago dice que las buenas obras son el resultado de la salvación, no que las obras sean la razón por la que recibimos la salvación. Durante los siguientes capítulos, Santiago nos seguirá mostrando la manera en que debemos vivir nuestra fe en Cristo.
Resumen del libro:
El libro de Santiago habla sobre cómo debería expresarse una fe salvadora. ¿Cómo se revela la fe en Cristo en la vida de un creyente? ¿Qué decisiones tomamos cuando confiamos de verdad en Dios? Esas son las preguntas que responde Santiago en su libro. La mayoría de los eruditos creen que Santiago era el medio hermano de Jesús, nacido de José y María después del nacimiento de Jesús. Es posible que Santiago no llegara a creer que Jesús era el Mesías hasta después de Su resurrección. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los líderes de la iglesia cristiana en Jerusalén. Este es posiblemente el libro más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento, el cual se escribió alrededor del 40–50 d.C. James les está escribiendo a los cristianos judíos que se habían esparcido por el mundo.
Accessed 11/23/2025 1:03:51 AM
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