¿Qué significa Santiago 3:2?
LBLA: Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
NBLA: Porque todos fallamos (ofendemos) de muchas maneras. Si alguien no falla en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
NVI: Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo.
RV1960: Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
JBS: Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
Comentario del verso:
Mucha gente tiene problemas con lo que Santiago dice aquí con respecto a la fe porque creen que lo que Santiago está diciendo es que debemos ser "perfectos". Debido a todo lo que dice Santiago acerca de que las personas que confían en Dios acaban haciendo buenas obras, es fácil cometer el error de pensar que lo que realmente está diciendo es que los cristianos deben ser perfectos. De hecho, muchos intentan decir que no hay una conexión entre una fe salvadora y las buenas obras porque eso nos conduciría hacia el perfeccionismo. Es decir, algunos afirman que vincular las obras con una fe salvadora podría provocar que al continuar pecando llegáramos a pensar que en realidad no hemos alcanzado la salvación.
Este versículo nos deja claro que Santiago no exige la perfección en absoluto. Santiago intentó comunicarnos en el capítulo 2 que las personas que son cristianos de verdad hacen buenas obras porque obedecen a Dios. Sin embargo, Santiago es plenamente consciente de que los seres humanos, debido a que no somos perfectos, siempre acabaremos cometiendo errores. Santiago se incluye a sí mismo en esta afirmación: "todos cometemos muchos errores " [énfasis añadido], y esto nos debería animar. Los cristianos debemos vivir con la conciencia de que algunas veces cometeremos errores. Saber que Santiago, uno de los autores del Nuevo Testamento, no era perfecto, debería ayudarnos a tranquilizarnos.
Sin embargo, Santiago dice que nuestro objetivo es dejar de tropezar y tener el control total de nosotros mismos en todo momento. Aún no hemos llegado a ese punto, especialmente en lo que se refiere a nuestras palabras. Sabemos que un cristiano ha llegado a la perfección de la fe cuando nunca tropieza en lo que dice ni en cómo lo dice. Un creyente así nunca dice nada desagradable, hiriente, egoísta, orgulloso, grosero o manipulador, sino que solo dice cosas que vienen motivadas por la fe en Dios y el amor.
Una vez que aprendemos a controlar perfectamente nuestras palabras, tendremos un control perfecto de todo nuestro cuerpo. Habremos refrenado (o aprendido a controlar) todo nuestro cuerpo. Este es un objetivo noble al que podemos aspirar, muy parecido a un atleta que aspira a nunca fallar cuando dispara a portería. Sin embargo, tal y como lo dejan claro tanto Santiago como el resto del Nuevo Testamento, nunca alcanzaremos ese tipo de perfección en este lado de la eternidad (1 Juan 1:10; Romanos 7:21–25).
Resumen de contexto:
En Santiago 3:1–12, Santiago habla sobre el tema de saber controlar las cosas que decimos. En este pasaje, Santiago continúa hablando de la importancia de entender que la fe y las obras van juntas de la mano. En concreto, que lo que uno hace (o dice) demuestra las cosas en las que cree. Las personas que confían en Dios, que realmente creen en Él, también comienzan a cambiar su forma de hablar. Sin embargo, nunca seremos perfectos. La lengua es indomable, capaz de provocar una gran destrucción. De hecho, Santiago dice que es como el fuego, el cual viene incendiado por el infierno. Por tanto, debemos cambiar eso, ya que no podemos alabar a Dios y maldecir al pueblo que ha sido hecho a Su imagen. Sin embargo, debido a que todos pecamos, al final todos acabamos haciéndolo.
Resumen del capítulo:
Lo que decimos puede tener consecuencias enormes a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Aunque nuestra lengua es pequeña, es capaz de causar una gran destrucción. Si una persona pudiera controlar perfectamente sus palabras tendría un control perfecto de todo su cuerpo. En cambio, debido a que somos seres humanos pecadores, nuestras lenguas son indomables. Nuestras palabras son como un fuego que enciende todo el curso de nuestra vida. Bendecir a Dios y maldecir a las personas son dos cosas que no deberían salir de la misma boca, y eso demuestra que hay corrupción dentro de nosotros. Santiago concluye el capítulo explorando lo que significa ser verdaderamente sabio. La verdadera sabiduría no se encuentra necesariamente en las personas que tienen más educación, dinero o amigos. Más bien, la sabiduría se ve en la humildad, en las personas que hacen buenas obras, disfrutan de la paz, la sencillez de tener un solo propósito y un estilo de vida apacible.
Contexto del capítulo:
¿Cómo debemos confiar en Dios? En los capítulos 1 y 2, Santiago dijo que las acciones demuestran la realidad de nuestras creencias. Aquí, en el capítulo 3, Santiago continúa explorando este tema. En este pasaje, Santiago habla de nuestras palabras y de la sabiduría del cielo. Si llegáramos a controlar todo lo que decimos, tendríamos una fe perfecta en Dios. La sabiduría del mundo (la envidia y la ambición egoísta) con su mentalidad de ponernos siempre por delante de los demás, es una fuente de desorden y de maldad en el mundo. La sabiduría del cielo es un tipo de sabiduría que se basa en confiar en Dios y se sacrifica para producir paz, gentileza, misericordia y, en última instancia, justicia. Durante los capítulos 4 y 5, Santiago pondrá ejemplos específicos de todas estas ideas.
Resumen del libro:
El libro de Santiago habla sobre cómo debería expresarse una fe salvadora. ¿Cómo se revela la fe en Cristo en la vida de un creyente? ¿Qué decisiones tomamos cuando confiamos de verdad en Dios? Esas son las preguntas que responde Santiago en su libro. La mayoría de los eruditos creen que Santiago era el medio hermano de Jesús, nacido de José y María después del nacimiento de Jesús. Es posible que Santiago no llegara a creer que Jesús era el Mesías hasta después de Su resurrección. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los líderes de la iglesia cristiana en Jerusalén. Este es posiblemente el libro más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento, el cual se escribió alrededor del 40–50 d.C. James les está escribiendo a los cristianos judíos que se habían esparcido por el mundo.
Accessed 11/5/2025 6:08:02 PM
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