¿Qué significa Santiago 3:4?
LBLA: Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.
NBLA: Miren también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.
NVI: Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto.
RV1960: Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
JBS: Mirad también las naves, siendo tan grandes, y siendo llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por dondequiera que quisiere la gana del que gobierna.
Comentario del verso:
Santiago continúa poniendo ejemplos acerca de lo difícil que es controlar lo que decimos. En el versículo 2, dijo que, si una persona pudiera controlar perfectamente lo que dice, sería perfecta: sería capaz de "refrenar" o controlar perfectamente todo su cuerpo. No obstante, si bien este es un objetivo noble, los seres humanos cometemos errores y somos pecadores. Todos nosotros, incluido el propio Santiago, seguimos tropezando de muchas maneras a lo largo de nuestras vidas (Santiago 3:2).

Santiago está diciendo que solo porque la lengua sea pequeña no significa que sea débil. De hecho, Santiago comparte tres analogías para demostrar la manera en que algo tan pequeño puede ser tan poderoso. Otro aspecto importante de lo que Santiago está enseñándonos es que aprender a controlar ciertos aspectos de nuestras vidas nos lleva necesariamente a controlar todo lo demás. El primer ejemplo, el cual compartió en el versículo 3, fue la manera en que podemos controlar a los caballos con un freno tan pequeño.

Aquí, en el versículo 4, Santiago pone el ejemplo de los barcos. La fuerza del viento era lo que propulsaba a los barcos en esa época, pero nadie puede controlar el viento. Los veleros de madera que iban llenos de carga podían pesar miles de libras. Sin embargo, un piloto podía controlar el movimiento de los barcos más grandes utilizando solo un trozo de madera relativamente pequeño: el timón. El timón es un dispositivo compuesto de varias piezas de madera formando un conjunto aplanado, que se coloca verticalmente en el codaste de las embarcaciones y sirve para dirigir a los barcos.

Santiago dice en el siguiente versículo que, si aprendemos a controlar nuestra lengua, es decir, las palabras que decimos, podremos controlar lo que hacemos con todo nuestro cuerpo. El que controla un poco controla a todo el caballo. El que controla el timón gobierna todo el barco. Por tanto, las personas que aprenden a controlar su lengua obtienen el control de todo su ser.

Por supuesto, hacer esto no es fácil (Santiago 3:8), ni es algo que podamos esperar hacer a la perfección en este lado de la eternidad (Santiago 3:2).
Resumen de contexto:
En Santiago 3:1–12, Santiago habla sobre el tema de saber controlar las cosas que decimos. En este pasaje, Santiago continúa hablando de la importancia de entender que la fe y las obras van juntas de la mano. En concreto, que lo que uno hace (o dice) demuestra las cosas en las que cree. Las personas que confían en Dios, que realmente creen en Él, también comienzan a cambiar su forma de hablar. Sin embargo, nunca seremos perfectos. La lengua es indomable, capaz de provocar una gran destrucción. De hecho, Santiago dice que es como el fuego, el cual viene incendiado por el infierno. Por tanto, debemos cambiar eso, ya que no podemos alabar a Dios y maldecir al pueblo que ha sido hecho a Su imagen. Sin embargo, debido a que todos pecamos, al final todos acabamos haciéndolo.
Resumen del capítulo:
Lo que decimos puede tener consecuencias enormes a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Aunque nuestra lengua es pequeña, es capaz de causar una gran destrucción. Si una persona pudiera controlar perfectamente sus palabras tendría un control perfecto de todo su cuerpo. En cambio, debido a que somos seres humanos pecadores, nuestras lenguas son indomables. Nuestras palabras son como un fuego que enciende todo el curso de nuestra vida. Bendecir a Dios y maldecir a las personas son dos cosas que no deberían salir de la misma boca, y eso demuestra que hay corrupción dentro de nosotros. Santiago concluye el capítulo explorando lo que significa ser verdaderamente sabio. La verdadera sabiduría no se encuentra necesariamente en las personas que tienen más educación, dinero o amigos. Más bien, la sabiduría se ve en la humildad, en las personas que hacen buenas obras, disfrutan de la paz, la sencillez de tener un solo propósito y un estilo de vida apacible.
Contexto del capítulo:
¿Cómo debemos confiar en Dios? En los capítulos 1 y 2, Santiago dijo que las acciones demuestran la realidad de nuestras creencias. Aquí, en el capítulo 3, Santiago continúa explorando este tema. En este pasaje, Santiago habla de nuestras palabras y de la sabiduría del cielo. Si llegáramos a controlar todo lo que decimos, tendríamos una fe perfecta en Dios. La sabiduría del mundo (la envidia y la ambición egoísta) con su mentalidad de ponernos siempre por delante de los demás, es una fuente de desorden y de maldad en el mundo. La sabiduría del cielo es un tipo de sabiduría que se basa en confiar en Dios y se sacrifica para producir paz, gentileza, misericordia y, en última instancia, justicia. Durante los capítulos 4 y 5, Santiago pondrá ejemplos específicos de todas estas ideas.
Resumen del libro:
El libro de Santiago habla sobre cómo debería expresarse una fe salvadora. ¿Cómo se revela la fe en Cristo en la vida de un creyente? ¿Qué decisiones tomamos cuando confiamos de verdad en Dios? Esas son las preguntas que responde Santiago en su libro. La mayoría de los eruditos creen que Santiago era el medio hermano de Jesús, nacido de José y María después del nacimiento de Jesús. Es posible que Santiago no llegara a creer que Jesús era el Mesías hasta después de Su resurrección. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los líderes de la iglesia cristiana en Jerusalén. Este es posiblemente el libro más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento, el cual se escribió alrededor del 40–50 d.C. James les está escribiendo a los cristianos judíos que se habían esparcido por el mundo.
Accessed 11/7/2025 3:32:47 AM
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