¿Qué significa Santiago 5?
Comentario del capítulo:
El capítulo final del libro de Santiago incluye tres secciones distintas.

Primero, Santiago habla sobre la ruina que les esperaba a los terratenientes ricos que estaban oprimiendo a los cristianos más pobres de la sociedad. Santiago dice que deben empezar a llorar y a lamentarse sabiendo lo que les espera. De hecho, ese juicio llegará tan rápido que Santiago lo expresa como si ya hubiera ocurrido. Este tipo de técnica de comunicación se utiliza mucho en la profecía bíblica, tal y como en el libro de Abdías (Abdías 1:3–7). De acuerdo con esta perspectiva, sus ropas caras se habían podrido, estaban llenas de polilla, y su plata y su oro se habían corroído (Santiago 5:1–3).

Santiago comienza a acusarlos de todo lo que habían hecho, y esa es la razón por la que sufrirían el juicio de Dios cuando llegué el día del Señor. Según este pasaje, estas personas eran muy egoístas y se habían dedicado a acaparar riquezas mientras otros estaban sufriendo en la pobreza. Además, también estafaron a sus trabajadores con el salario que se habían ganado, y estaban disfrutando de todo tipo de lujos mientras que otras estaban viviendo en la miseria. Por último, usaban su influencia para amañar el sistema judicial con el fin de quitarles más cosas a las personas más pobres, hasta incluso para matar a las personas más inocentes (Santiago 5:4–6).

Santiago les hace una advertencia terrible: Dios se había dado cuenta de todo esto y estaba a punto de juzgarlos.

Luego, Santiago se dirige a sus lectores cristianos, quienes estaban sufriendo mucho, y los anima a que tengan paciencia mientras esperan a que llegue el día del Señor, el mismo juicio que sus opresores debían temer. El Señor está preparado para imponer Su justicia, y nadie debe dudar de ello.

De acuerdo con Santiago, sus lectores debían ser pacientes, como los agricultores que tienen que esperar durante la temporada de lluvias hasta que la cosecha esté lista. También debían fortalecer sus corazones, mantenerse firmes en su fe y negarse a ceder y a quejarse los unos a los otros debido a sus sufrimientos. En cambio, debían seguir el ejemplo de los profetas del Antiguo Testamento y de Job, quienes le permanecieron fieles a Dios mientras sufrieron y fueron perseguidos. En aquella época, tal y como en la época de Santiago, Dios sabía por lo que estaba pasando Su pueblo. Dios sigue siendo compasivo y misericordioso, y recompensará a las personas que sean fieles (Santiago 5:7–12).

Santiago comenzó su carta ordenándoles a los creyentes que se consideraran "dichosos" cuando tuvieran que pasar por dificultades. Santiago no les estaba pidiendo que fueran felices incluso aunque no lo fueran, sino que simplemente se dieran cuenta de que Dios puede hacer que surjan cosas buenas de las peores situaciones por las que pasamos. Santiago termina su carta animando a los creyentes a que demuestren su fe en Dios orando en todo momento. Si tenemos problemas, debemos orar. Si estamos felices, debemos cantar canciones de alabanza. Si estamos enfermos o nos sentimos espiritualmente débiles, debemos pedirles a los ancianos que oren por nosotros y que nos unjan con aceite, y el Señor nos restaurará y perdonará nuestros pecados (Santiago 5:13–15).

Santiago nos deja claro que los cristianos deben responsabilizarse y cuidarse entre sí. Deben confesarse y orar por sus pecados para que tengan fuerzas para superar esos pecados. Después de eso, Dios nos bendecirá a su debido tiempo y de la manera que Él lo crea conveniente. La oración es poderosa y eficaz, y Dios nos escucha y nos responde. Santiago dice mucho que lo que una persona hace demuestra sus creencias. Por tanto, las personas que creen de verdad que la oración funciona, ¡deben orar todo el tiempo! (Santiago 5:16–18)

Finalmente, las personas que están en la comunidad de Cristo deben intentar rescatar a las personas que se hayan extraviado y hayan caído en el pecado, ya que tienen la oportunidad de salvar esas almas de la muerte y salvar al mundo de muchos pecados (Santiago 5:19–20).
Resumen de contexto:
Santiago 5:1–6 es un pasaje que tiene un tono similar al que tenían los profetas del Antiguo Testamento cuando hablaban sobre la manera en que Dios iba a juzgar a un grupo de personas específico. Santiago describe la ruina que les esperaba a estas personas como si ya hubiera ocurrido. Santiago expone todas las cosas malas que los terratenientes ricos estaban haciendo en contra de los pobres: eran egoístas, abusaban de sus trabajadores y les daba todo igual. Esas personas debían empezar a llorar y a lamentarse ahora, porque su juicio vendría en el día del Señor.
En Santiago 5:7–12, Santiago pasa de condenar a personas ricas que estaban oprimiendo a las más pobres a animar a los cristianos que estaban experimentando ese sufrimiento. Santiago les pide a los creyentes que sean pacientes y fuertes en su fe, porque el día del Señor se está acercando. Por tanto, no deben enfrentarse los unos a los otros, sino que tienen que crecer meditando e imitando los ejemplos de los profetas del Antiguo Testamento y de Job, quienes le permanecieron fieles a Dios a través de muchos sufrimientos.
En Santiago 5:13–20, Santiago cierra su carta animando a los cristianos a demostrar que creen en Dios: a que oremos en todo momento sin importar nuestras circunstancias. Debemos orar por nosotros mismos, alabar a Dios e invitar a los líderes espirituales de nuestras iglesias a orar por nosotros cuando estemos enfermos o nos sintamos espiritualmente débiles. Después de eso, todo se acaba arreglando de una manera u otra y Dios perdonará nuestros pecados. Además, debemos confesarnos los pecados para poder orar los unos por los otros pidiéndole a Dios que nos dé fuerzas para vencer al pecado. La oración es crucial, y Dios nos escucha y responde. Si realmente creemos que esto es cierto, entonces debemos demostrarlo a través de nuestro comportamiento.
Resumen del capítulo:
¿Qué estaba causando peleas y disputas entre los cristianos a quienes Santiago les estaba escribiendo? El problema era que estaban viviendo según la sabiduría del mundo. Esta falsa perspectiva del mundo afirma que los seres humanos deben hacer todo lo que sea necesario para conseguir lo que quieren en esta vida, incluso si eso implica hacerles daño a los demás. Santiago dice que vivir de esa manera es una forma de adulterio, pero Dios siempre nos ofrece Su gracia si nos arrepentimos. Los cristianos deberían arrepentirse y acercarse a Dios de nuevo. Debemos confiar en que Él nos dará todo lo que necesitamos, que Él el Juez último y que nos exaltará a su debido tiempo. Con humildad, debemos reconocer que todos nuestros planes dependen de Él y que Dios puede cambiarlos en cualquier momento.
Contexto del capítulo:
Durante los capítulos anteriores de esta carta, Santiago habló de la relación que existe entre nuestras creencias y nuestras acciones, y sobre cómo poner en práctica las verdades del cristianismo. En el capítulo 4, Santiago les dijo a sus lectores cristianos que se arrepintieran de su estilo de vida mundano y que volvieran a acercarse a Dios. En el último capítulo de su carta, Santiago habla sobre tres cosas: dice que las personas ricas que estaban oprimiendo a los cristianos debían lamentarse porque el juicio del Señor les iba a llegar muy pronto. Santiago anima a las personas que estaban sufriendo a que fueran pacientes y fuertes en su fe mientras esperaban a que llegara el día del Señor. Finalmente, Santiago anima a todos los cristianos a mostrar su fe en Dios orando en todo momento, sin importar lo que nos pase.
Resumen del libro:
El libro de Santiago habla sobre cómo debería expresarse una fe salvadora. ¿Cómo se revela la fe en Cristo en la vida de un creyente? ¿Qué decisiones tomamos cuando confiamos de verdad en Dios? Esas son las preguntas que responde Santiago en su libro. La mayoría de los eruditos creen que Santiago era el medio hermano de Jesús, nacido de José y María después del nacimiento de Jesús. Es posible que Santiago no llegara a creer que Jesús era el Mesías hasta después de Su resurrección. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en uno de los líderes de la iglesia cristiana en Jerusalén. Este es posiblemente el libro más antiguo de todos los libros del Nuevo Testamento, el cual se escribió alrededor del 40–50 d.C. James les está escribiendo a los cristianos judíos que se habían esparcido por el mundo.
Accessed 11/19/2025 10:02:09 PM
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