¿Qué significa Génesis 34?
Comentario del capítulo:
Jacob y su familia se asentaron cerca de la ciudad de Siquén, y le compraron la tierra al gobernante de la ciudad, Jamor (Génesis 33:18–19). Estos "israelitas" finalmente encontraron un hogar. Sin embargo, las cosas se torcieron entre el pueblo de Siquén y la familia de Jacob en un momento determinado.

Un día, cuando Dina, la hija de Jacob, se fue a la ciudad para socializarse con las mujeres de Siquén, el hijo de Jamor, quien también se llamaba Siquén, vio a Dina. Siquén la agarró y la violó. Más tarde, el lenguaje que se utiliza en el texto nos deja claro que esto no fue ningún tipo de seducción, ni algo consensuado. De una manera bastante perversa, Siquén se enamoró y quiso casarse con ella. Entonces, Siquén se dirigió a su padre Jamor y le dijo que hiciera algo al respecto (Génesis 34:1–4).

Todo esto desencadena una serie de eventos devastadores. Primero, Jacob se enteró de la violación, pero no tomó ninguna acción inmediata. En cambio, esperó a que sus hijos, quienes en ese momento ya eran adultos, regresaran del campo donde estaban trabajando. Tan pronto como les llegó la noticia, los hijos de Jacob se pusieron furiosos y comenzaron a expresar que tal cosa no se debía hacer "en Israel". Esta es la primera vez que el nombre que Dios le había puesto a Jacob se usa para especificar al grupo completo (Génesis 34:5–7).

Jamor y Siquén comenzaron a negociar para que Dina se convirtiera en la esposa de Siquén. En realidad, no está claro si Jamor y Siquén sabían que Jacob y los hermanos de Dina se habían enterado de lo que había sucedido. En el caso de que lo hubieran sabido, aquí no expresan ningún remordimiento al respecto. Jamor quería que Siquén se casara con Siquén para que así los dos pueblos prosperaran juntos. Jamor también les sugirió a la familia de Jacob y a la gente de la ciudad que se casaran entre sí. Esto los convertiría en un solo pueblo. Sin embargo, su hijo Siquén quería casarse con Dina. Por eso, le dijo a Jacob y a sus hijos que pusieran el precio de la novia para permitirle casarse con ella (Génesis 34:8–12).

En realidad, no se nos dice nada sobre la respuesta de Jacob. De hecho, las Escrituras no registran nada de lo que Jacob pudiera haber dicho o hecho hasta después del derramamiento de sangre que estaba por venir. En cambio, sus hijos parecieron hacerse cargo de la negociación, quienes probablemente fueron liderados por Simeón y Leví, los hermanos de Dina y Lea. Su respuesta muestra que habían aprendido del ejemplo de su padre. De este modo, tramaron una trampa para vengarse de Siquén (Génesis 34:13).

Los hijos de Jacob afirmaron que Dina podía casarse con Siquén y que toda su familia podía casarse con la gente de la ciudad. Sin embargo, establecieron una condición: todos los hombres de Siquén tendrían que circuncidarse tal y como lo habían hecho los hombres de la familia de Jacob. La circuncisión es el ritual durante el que se elimina el prepucio del pene. Cuando este procedimiento se hace cuando uno ya es un adulto es muy doloroso. Si los hombres de Siquén no se circuncidaban, amenazaron con llevarse a su hermana, posiblemente por la fuerza, y abandonar el área (Génesis 34:14–17).

Sorprendentemente, Jamor y Siquén inmediatamente aceptaron el trato. Siquén deseaba desesperadamente casarse con Dina y este pasaje nos indica que tenía muy poco autocontrol. Su padre parecía estar concentrado en la oportunidad financiera que se le había presentado con el hecho de poder casar a su hijo con la familia de Jacob, lo cual sería algo que mantendría a salvo a su hijo impulsivo de las consecuencias de sus propias acciones. Entonces, Jamor y Siquén reunieron a todos los hombres de la ciudad e hicieron su discurso: si todos nos circuncidamos, todos seremos mucho más ricos. En realidad, no mencionaron directamente la violación o el deseo de Siquén de casarse con Dina. Los hombres de Siquén aceptaron el trato y se sometieron a esta cirugía ritual (Génesis 34:18–24).

La circuncisión, cuando se hacía adultos, era dolorosa y muy debilitante, algo que en la actualidad no se experimenta tan intensamente. Por lo tanto, mientras los hombres se recuperaban, no se podían mover en absoluto. Los hijos de Jacob sabían esto, y por eso planearon su venganza de esta manera. Debido a que los hombres de la ciudad no iban a poder moverse bien, Leví y Simeón decidieron asaltar la ciudad, y mataron a todos los varones adultos. También recuperaron a Dina y mataron a Jamor y a Siquén. Luego, el resto de los hijos de Jacob entraron en la ciudad y se llevaron el ganado, el dinero, las posesiones, las esposas y los niños que vivían en la ciudad (Génesis 24:25–29).

De pronto, Jacob reaparece en la narración, y estaba bastante enfadado. Sin embargo, Jacob no mencionó nada sobre el abuso de Dina o el engaño brutal de sus hijos. Más bien, condenó a Leví y a Simeón por haber arruinado su reputación frente al pueblo cananeo. Siempre temeroso, Jacob creía que su pueblo iba a estar expuesto a todo tipo de ataques por parte del pueblo de Siquén. Leví y Simeón respondieron con una pregunta mordaz y acusadora: ¿deberíamos haber permitido que nuestra hermana fuera tratada como una prostituta? (Génesis 34:30–31).

Al final, resulta que la respuesta de las personas de Siquén no fue la ira, sino el miedo. Al menos desde ese momento hasta el momento en que la familia de Jacob se mudaría a Egipto, los cananeos trataron a Israel con extrema precaución (Génesis 34:5).
Resumen de contexto:
Génesis 34:1–12 describe el ataque depravado que una hija de Jacob llegó a sufrir. Dina, una hija que tuvo con Lea, fue violada por Siquén, quien a su vez era el hijo del príncipe local. Jacob se esperó hasta que sus hijos regresaron para informarles sobre lo que había pasado. Sin aparentemente ningún remordimiento, el violador y su padre llegaron para pedirle a Dina que se casara con su agresor. Siquén le proclamó su amor, ofreciendo cualquier precio para casarse con Dina. Los hermanos de Dina respondieron con una combinación de engaño y violencia que tendría consecuencias por el resto de la historia de Israel.
Génesis 34:13–31 describe lo que los hijos de Jacob decidieron hacer para vengarse de la violación de su hermana, Dina. El violador, Siquén, le pidió a la familia de Jacob la mano de Dina para casarse con ella. Los hermanos de Dina les sugieren que, si los hombres del pueblo se circuncidaran, permitirían que los dos grupos se casaran entre sí. Siquén y su padre, Jamor, aceptan con gusto estos términos. Pero, en realidad, esto era una trampa. Mientras los hombres todavía estaban doloridos por la circuncisión, Simeón y Leví los atacaron, mataron a todos los hombres y saquearon la ciudad. Jacob temía que esto le trajera represalias por parte del pueblo cananeo y ferezeo. Sin embargo, sus hijos insistirán en que sus acciones estuvieron justificadas.
Resumen del capítulo:
La familia de Jacob se ha establecido cerca de la ciudad de Siquén. Dina, la hija que Jacob tuvo con Lea, acabó siendo violada por Jamor, el hijo del gobernante de la ciudad, también llamado Siquén. Siquén proclamó su amor por Dina y quiso casarse con ella. Los hermanos de Dina estaban indignados. Jamor y Siquén, sin embargo, les pidieron que Dina se casara con Siquén. Los hermanos de Jacob fingieron estar de acuerdo solo si los hombres de la ciudad decidieran circuncidarse. Mientras los hombres de la ciudad se estaban recuperando de la circuncisión, los hermanos de Dina, Leví y Simeón, lideraron una matanza que acabó deshaciéndose de todos los hombres de la ciudad.
Contexto del capítulo:
Gracias a la bendición del Señor, Jacob sobrevivió al reencuentro con su hermano Esaú y estableció a su familia en la tierra de Canaán, en una ciudad llamada Siquén. Pasó un tiempo y luego Dina, la hija de Jacob, fue violada por el hijo del gobernante de la ciudad. Para vengarse y defender el honor de su hermana, los hijos de Jacob engañaron a los hombres de la ciudad y les pidieron que se circuncidaran, para más tarde matarlos a todos mientras se estaban recuperando. Además, saquearon todas las riquezas del pueblo. Esto hizo que el pueblo de Siquén y las comunidades cananeas locales comenzaran a tenerles miedo a los israelitas y, desde momento, evitaron enfrentarse con la familia de Jacob.
Resumen del libro:
El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.
Accessed 4/29/2024 4:22:41 PM
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