Génesis 50:4 - Printer Friendly

LBLA: Y cuando pasaron los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a Faraón, diciendo:

NBLA: Cuando pasaron los días de luto por él, José habló a la casa de Faraón: “Si he hallado ahora gracia ante los ojos de ustedes, les ruego que hablen a Faraón, diciendo:

NVI: Pasados los días de duelo, José se dirigió así a los miembros de la corte del faraón: ?Si me he ganado el respeto de la corte, díganle por favor al faraón

RV1960: Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo:

JBS: Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa del Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos del Faraón, diciendo:

Inmediatamente antes de morir, Jacob les ordenó a sus hijos que lo enterraran en Canaán (Génesis 47:29–30), en la tumba familiar. Allí fue donde reposaban los cuerpos de Abrahán, Sara, Isaac, Rebeca y Lea (Génesis 49:29–32). Para llevar a cabo esa petición, José necesitará permiso para salir de Egipto y viajar a Canaán. A pesar de todo el poder que José tenía en Egipto, todavía era técnicamente un esclavo en propiedad y controlado por la autoridad absoluta del faraón.

José llevó la solicitud indirectamente, ya que le pidió a alguien de la casa de faraón que se la presentara directamente al faraón. En realidad, no está claro por qué José no fue directamente hacia el faraón después de que pasaran los 70 días de duelo. Quizás pensó que este individuo de la casa del faraón podría tener más influencia de la que él mismo podría llegar a tener por sí solo. Otra posibilidad es que las costumbres locales les impedían a las personas comparecer ante el faraón mientras el país estuviera de luto.

En cualquier caso, José se acercó a esta persona con gran respeto, pidiéndole que ese favor se basara en la reputación que tenía en la tierra: "Si soy digno de pedirles un favor, les ruego que hablen con el faraón en mi favor". José explica lo que quiere que le digan al faraón durante el siguiente versículo (Génesis 50:5).

Génesis 50:1–14 comienza con José llorando junto al lecho de muerte de su padre. Jacob fue embalsamado y se observó un período oficial de duelo en todo Egipto. Con la bendición del faraón y una gran compañía de dolientes egipcios, los hijos de Jacob viajaron a Canaán. Allí, según lo solicitado, enterraron a su padre en la tumba familiar, junto a Abrahán, Sara, Isaac, Rebeca, y Lea, la esposa de Jacob. Luego, todos regresaron de nuevo a Egipto.

Génesis 50 comienza con José llorando sobre el cuerpo de su padre, seguido del embalsamamiento de Jacob, un período de duelo de estado de 70 días y un viaje a Canaán para enterrar a Jacob junto a sus padres. Los hermanos de José, preocupados de que se vengara de ellos por haberlo vendido como esclavo en el pasado, buscaron el perdón de José. José les aseguró que no les haría daño. Después, el capítulo salta hasta el final de la vida de José. Después de asegurarle a su pueblo que Dios los devolvería a Canaán algún día, José murió y fue embalsamado.

Después de establecerse en Egipto bajo la protección de su hijo (Génesis 47–49), Jacob falleció (Génesis 49:33), y fue embalsamado. Egipto entró en un período de luto. José enterró a su padre en la tumba familiar en Canaán y luego regresó a Egipto. José pidió que su cuerpo también fuera enterrado en Canaán cuando llegara el momento de hacerlo. Todo esto nos prepara para los eventos que ocurrirán durante el libro del Éxodo. Durante siglos, Israel se convertirá en un pueblo próspero, pero finalmente será esclavizado por la monarquía egipcia, quienes comenzaron a tenerles miedo y celos a los israelitas. Todo esto preparó el trasfondo para que Dios interviniera y rescatara a Israel, demostrando así Su inmenso poder una vez más.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.