¿Qué significa Marcos 11:23?
LBLA: En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte : “Quítate y arrójate al mar”, y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.
NBLA: En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar,’ y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.
NVI: Les aseguro que, si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.
RV1960: Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
JBS: Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.
Comentario del verso:
Si la higuera seca es una ilustración de la destrucción venidera del templo, entonces el comentario de Jesús hacia la fe parece aleatorio, pero en realidad no lo es. El templo ha sido el punto focal de comunión con Dios y expiación por el pecado durante cientos de años. Esto cambia con la resurrección, lo que resulta en la fe en Cristo, la cual trae el perdón completo de los pecados (Efesios 2:8–9).

La montaña que Jesús está indicando es probablemente el Monte de los Olivos que se encuentra al este del Monte del Templo, al otro lado del Valle de Cedrón. Este pico tiene casi 300 pies, o 91 metros de altura más que el templo. Por el contrario, el "mar" es más difícil de identificar. Jesús probablemente se refiera al Mar Muerto, el cual se puede ver a quince millas al sur del Monte de los Olivos. Por supuesto, cualquiera de estas opciones sería algo milagroso. Jesús puede estar refiriéndose a la profecía en Zacarías 14:1–5 que dice que al final de la tribulación, el Monte de los Olivos se dividirá de este a oeste, y la gente huirá de Jerusalén a través del valle que surgirá de allí.

Jesús promete que las demandas de los discípulos se cumplirán si tienen una fe adecuada. "Duda" proviene de la raíz griega diakrino. Es la misma palabra que usa Santiago cuando habla de ser como "las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro" (Santiago 1:6).

Sin embargo, esta no es una promesa sin contexto, sino que hay condiciones y expectativas asociadas a la promesa en sí. Debemos pedirle a Dios lo que está en Su voluntad (1 Juan 5:14–15), y debemos permanecer en Cristo para saber cuál es la voluntad de Dios (Juan 15:7). Si lo hacemos, nuestros deseos coincidirán con lo que Jesús quiere, facilitando que Dios responda nuestras oraciones. También debemos pedir con los motivos correctos (Santiago 4:1–3). Si le pedimos a Dios que nos proporcione cosas que nos darán placeres mundanos, nos dirigiremos hacia un conflicto con él y los demás, y nos alejaremos de la posibilidad de que Dios responda nuestras oraciones.
Resumen de contexto:
Marcos 11:20–26 concluye la historia que comienza en Marcos 11:12–14. A la mañana siguiente, la higuera que Jesús maldijo se encuentra seca hasta las raíces, verdaderamente muerta. La higuera representa a Jerusalén y, hasta cierto punto, al judaísmo, que ha dejado de adorar a Dios y bendecir al pueblo. En unos días, durante la última Cena, Jesús les enseña a los discípulos que no pueden dar fruto a menos que dependan de él, así como una vid es inútil a menos que esté conectada a la rama. Las vides infructuosas se secarán, luego serán arrojadas al fuego y serán quemadas (Juan 15:1–11). Esta mitad de la historia de la higuera también se encuentra en Mateo 21:20–22. El versículo 26 no se encuentra en la mayoría de las traducciones modernas.
Resumen del capítulo:
Jesús y los discípulos llegan a Jerusalén una semana antes de la crucifixión, y Jesús comienza los últimos días de Su ministerio público. Pasan sus noches en el Monte de los Olivos y sus días en Jerusalén (Lucas 21:37). Jesús acepta elogios que usualmente se usan para un rey (Marcos 11:1–11), ataca la tradición materialista que impide que las personas adoren a Dios (Marcos 11:15–19), da una lección objetiva sobre el destino de una Jerusalén infructuosa (Marcos 11:12–14, 20–25), y revela la hipocresía de los líderes religiosos judíos (Marcos 11:27–33). A pesar del apoyo de la multitud, Jesús está "animando" a los líderes a pensar más y más en la crucifixión.
Contexto del capítulo:
Los pasajes anteriores incluyeron varios milagros y lecciones de Jesús, y prepararon el camino para los últimos y dramáticos días de Su ministerio terrenal. En este capítulo, Jesús entra en Jerusalén con gran fanfarria y confronta abiertamente a los líderes religiosos locales por su hipocresía. Durante los próximos capítulos, Marcos continuará registrando algunas enseñanzas controvertidas, que condujeron hacia el arresto de Jesús y hacia los primeros juicios falsos, los cuales se registran en el capítulo 14.
Resumen del libro:
El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.
Accessed 5/18/2024 3:04:34 PM
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