Marcos 13:27 - Printer Friendly

LBLA: Y entonces enviará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

NBLA: Y entonces El enviará a los ángeles, y reunirá a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

NVI: Y él enviará a sus ángeles para reunir de los cuatro vientos a los elegidos, desde los confines de la tierra hasta los confines del cielo.

RV1960: Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

JBS: Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo.

Cada cultura tiene diferentes señales que se reconocen como síntomas del cambio de estación. Por ejemplo, cuando vemos gansos volando en forma de V dirigiéndose hacia el norte, esto anuncia la primavera. Los partidos de fútbol americano de pretemporada significan que el verano está llegando a su fin. A menudo se bromea diciendo que, en los Estados Unidos, cuando las decoraciones navideñas aparecen en las tiendas, significa que se acerca Halloween. Dios diseñó la naturaleza para darnos señales de que el clima está cambiando: heladas de otoño, deshielos de primavera, etc.

Las higueras son una buena indicación de que el verano está cerca porque sus hojas se caen en el invierno y regresan a fines de la primavera, un par de meses por detrás de otras plantas. De la misma manera, podemos considerar cómo las señales que se nos dan en la Biblia se comparan con lo que experimentamos para determinar si el fin de los tiempos está cerca. En realidad, hacer esto no es fácil. Jesús promete que la guerra, los terremotos y el hambre son simplemente el comienzo de los dolores (Marcos 13:8), y nosotros en la era de la iglesia no sabremos la fecha exacta hasta que ese momento exacto no llegue (Hechos 1:6–7). Aún así, debemos estar atentos, incluso si es solo para corregir a otros que creen que pueden fijar una fecha para el regreso de Jesús (Marcos 13:33–37).

El rapto es inminente; no hay nada que deba suceder antes de que Jesús regrese a rescatar a Sus seguidores, así que no podemos predecirlo. Las personas que vivan durante la tribulación, sin embargo, se darán cuenta de todo esto cuando el Anticristo haga un tratado de paz de siete años con Israel y luego lo rompa a la mitad (Daniel 9:27). Los santos de la tribulación son las personas que se mencionan en Marcos 13:14–36.

Las higueras a menudo se usan simbólicamente para representar a Israel (Oseas 9:10; Joel 1:6–7), y algunos eruditos han especulado que la higuera de hojas aquí también es un símbolo que representa a Israel; piensan que cuando Israel se sienta lo suficientemente sana y protegida como para "sacar hojas nuevas", debemos ser conscientes de que el final está cerca. Eso puede referirse al establecimiento de la Israel moderna en 1948, su expansión hacia territorios controlados por no judíos o algo que aún no hemos visto.

Considerando la redacción de este versículo, Marcos 13:29, y el añadido de Lucas que dice "y todos los árboles" (Lucas 21:29), es poco probable que la interpretación esté haciendo una alusión a Israel. La advertencia es solo para señalar que, tal y como podemos predecir el cambio de las estaciones al observar el mundo que nos rodea, las personas durante la tribulación deberían tener una pista de cuándo vendrá Jesús al considerar los eventos que ocurrirán en el mundo.

Marcos 13:24–27 continúa las predicciones de Jesús sobre Su eventual regreso. Cualquier persona sería excusada por estar confundida acerca de la línea de tiempo del fin de los tiempos, especialmente con respecto al regreso de Jesús. Según una interpretación dispensacional previa a la tribulación, este evento se refiere a la segunda venida de Jesús, que ocurre después del rapto y la tribulación. De hecho, marca el final de la tribulación, el momento en el que Jesús destruye al Anticristo y a su ejército (Apocalipsis 19:11–21), encarcela a Satanás (Apocalipsis 20:1–3) y se lleva solo a los santos de la tribulación y a los creyentes del pasado con él hacia el reino milenario. El regreso de Jesús también está profetizado en Mateo 24:29–31 y Lucas 21:25–27.

Días antes de la crucifixión, los discípulos alaban la gloria del templo. Cuando Jesús les dice que el templo será destruido, le piden señales de esa destrucción venidera y de Su regreso (Mateo 24:3). Jesús responde a su segunda pregunta con información crucial para los creyentes en los últimos tiempos y que se puede aplicar para cualquier momento. Los cristianos de la tribulación se enfrentarán a terribles dificultades y violencia, al igual que los creyentes de cualquier época, pero deben recordar que las dificultades no durarán por mucho tiempo. Jesús regresará tan rápido que cualquier intento de vivir según las reglas del mundo será inútil.

El capítulo anterior contenía varias parábolas y la respuesta de Jesús a una serie de preguntas variadas. En esta sección, Jesús dirige Su enseñanza a los discípulos, y les explica conceptos relacionados con el fin de los tiempos: el período aún futuro en el que Dios completará Su plan de juicio sobre el pecado. Esos detalles incluyen una profecía sobre la inminente destrucción del templo. Los capítulos finales de Marcos describen los eventos que ocurren hasta el momento de la crucifixión y después de ella, y presentan a Jesús en manos de Sus enemigos.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.