Marcos 3:26 - Printer Friendly

LBLA: Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.

NBLA: Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.

NVI: Igualmente, si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede mantenerse en pie, sino que ha llegado su fin.

RV1960: Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.

JBS: Y si Satanás se levantare contra sí mismo, y fuere dividido, no puede permanecer; antes tiene fin.

Jesús solo explica Sus parábolas cuando está junto a los discípulos (Marcos 4:34), pero en este caso sí se la explica a todos los que están presentes. Al igual que un reino o una familia divididos, Satanás no puede trabajar con propósitos que vayan en su contra y mantener la autoridad y el dominio que desea tener.

Esto infiere que Satanás tiene cierta cantidad de autoridad y dominio que perder. Cuando Adán y Eva siguen la sugerencia de Satanás en lugar del mandato de Dios y finalmente comen del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, al mismo tiempo condenaron a sus descendientes a sufrir bajo el poder de Satanás (Génesis 3:1–7). Satanás es el "el príncipe de este mundo" (Juan 12:31) y el "el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efesios 2:2). El mundo está bajo su control (1 Juan 5:19), y los incrédulos se hallan cautivos y sujetos a su voluntad. (2 Timoteo 2:26). Por eso tiene la autoridad de ofrecerle a Jesús "todos los reinos del mundo y sus riquezas" (Mateo 4:8–9).

Pero el dominio de Satanás está lejos de ser absoluto. Job 1:6–12 muestra que todo lo que hace Satanás está bajo la autoridad soberana de Dios; no puede hacer nada sin el permiso de Dios, y Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman (Romanos 8:28).

La autoridad de Satanás tampoco es eterna. Inmediatamente después de que Adán y Eva condenaran a sus hijos a nacer bajo el control de Satanás, Dios promete que uno de los descendientes de Eva herirá su cabeza (Génesis 3:15). Jesús cumple esta profecía cuando muere por nuestros pecados y resucita. La promesa se cumplirá por completo cuando Dios arroje a Satanás al lago de fuego para siempre (Apocalipsis 20:10).

Marcos 3:22–30 contin&uactue;a mientras los fariseos de Galilea muestran su desaprobación hacia Jesús (Marcos 3:6). Aquí, en la cuarta historia sobre cómo reaccionaba la gente hacia Jesús, se unen los escribas de Jerusalén. Los escribas han oído que Jesús sanó a un hombre que era ciego y mudo que estaba siendo oprimido por un demonio (Mateo 12:22–23). Los escribas rápidamente juzgan que Jesús está haciendo milagros a través del poder de Satanás. Esta obstinada creencia, frente a la lógica, lleva a Jesús a condenar su blasfemia y a advertirles que, si contin&uactue;an por esta línea, serán condenados para siempre. Mateo 12:22–32 y Lucas 11:14–23 también registran esta confrontación; en Lucas 12:10 Jesús habla de manera similar sobre la blasfemia del Espíritu Santo.

La mayor parte del capítulo 3 trata de cómo diferentes personas reaccionan a las enseñanzas de Jesús y el reconocimiento de Su propia autoridad. La confusión de los fariseos se transforma en una conspiración. Las multitudes que siguen continuamente a Jesús para sanarse, se vuelven más frenéticas y peligrosas. La propia familia de Jesús, temerosa de Su cordura, trata de alejarlo de todo, pero también se muestran a Sus verdaderos seguidores. Doce personas se unen para convertirse en Su grupo central, mientras que una multitud un poco más grande, más interesada en la enseñanza de Jesús que en los milagros, se gana el honor de ser considerada como Su verdadera familia.

El capítulo 3 de Marcos continúa con el mismo patrón que el capítulo 2, describiendo varias enseñanzas y encuentros de sanación de la vida de Jesús. Estos eventos se utilizan para explicar el mensaje general de Jesús y demostrar Su poder. También sirven para mostrar cómo diferentes personas reaccionan a Sus enseñanzas. El capítulo 4 se centrará más en las parábolas de Jesús.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.