Marcos 9:21 - Printer Friendly

LBLA: Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez.

NBLA: Jesús preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?” “Desde su niñez,” respondió.

NVI: ?¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? —le preguntó Jesús al padre. ?Desde que era niño —contestó—.

RV1960: Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.

JBS: Y Jesús preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo hace que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño;

La epilepsia es un trastorno neurológico que causa convulsiones recurrentes. Las convulsiones y la formación de espuma en la boca son comunes, y si la afección aparece lo suficientemente temprano en el desarrollo infantil de la persona, el centro del lenguaje del cerebro puede verse afectado, lo que dificulta el aprendizaje de un idioma. Eso no significa que la epilepsia, en general, sea causada por la posesión demoníaca y, de hecho, Mateo 4:24 diferencia las dos condiciones. Cuando Jesús sana a las personas, los Evangelios tienen cuidado de distinguir entre las condiciones físicas y la posesiones demoníacas. En este caso, el niño está claramente poseído por un demonio que aparentemente causa manifestaciones parecidas a una convulsión. En Mateo 17:15, el padre dice que el niño está discapacitado físicamente y también es epiléptico. Jesús, finalmente, trata al niño como si estuviera poseído por un demonio y nada más.

Esta no es la primera vez que la Biblia habla sobre la duración de una condición. Marcos afirma que la mujer con un problema de sangre sufrió bajo la misma condición durante doce años (Marcos 5:25). Lucas, quien era médico, señala que una mujer tuvo un espíritu incapacitante durante dieciocho años (Lucas 13:11). Juan habla de un hombre que había sido inválido durante treinta y ocho años (Juan 5:5) y otro hombre que era ciego de nacimiento (Juan 9:1).

Dios no nos promete la curación física en la actualidad, pero si elige sanarnos, Dios no está limitado por la duración de ninguna condición física. Dios está dispuesto a sanar nuestros corazones, sin importar el período de tiempo que el pecado, el abuso o el trauma hayan permanecido en nuestros corazones.

Marcos 9:14–29 viene después de la transfiguración, donde Pedro, Jacobo y Juan subieron a una montaña con Jesús y vieron una muestra de Su gloria como Dios. También vieron a Moisés y a Elías y oyeron a Dios afirmar a Jesús como su Hijo. Ahora los tres discípulos y Jesús regresan de la montaña y encuentran a los discípulos restantes discutiendo con los escribas judíos. Los discípulos han tratado de expulsar a un demonio peligroso de un niño, pero no han podido hacerlo a pesar de haber realizado exorcismos antes (Marcos 6:7–13). Jesús les explica que, para hacer la obra de Dios, necesitamos poner toda nuestra fe en él y dejar que él nos fortalezca. Esta historia también aparece en Mateo 17:14–20 y Lucas 9:37–43.

El capítulo 9 de Marcos contiene un relato de la transfiguración de Jesús, donde tres de los discípulos ven a Jesús en Su forma glorificada. En este pasaje, Jesús también sana a un niño poseído por un demonio. Sus enseñanzas en esta sección incluyen una predicción de Su muerte y resurrección, y correcciones a los errores de los discípulos en cuestiones que hacen referencia al orgullo y a la tentación.

Marcos 9 continúa los esfuerzos de Jesús por enseñarles a los discípulos quién es él, qué ha venido a hacer y cuál es su papel en Su misión. El capítulo comienza con la transfiguración, donde Pedro, Jacobo y Juan vislumbran la gloria de Jesús y termina en Cafarnaún. Jesús pasa la mayor parte de ese tiempo enseñando. Aunque los discípulos se pelean con los escribas, los conceptos erróneos y los errores que Jesús aborda provienen de los discípulos, de ellos mismos, no de extraños. En el próximo capítulo, Jesús dejará Galilea y viajará hacia Jerusalén y finalmente hasta la cruz.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.