¿Qué significa Mateo 10?
Comentario del capítulo:
Mateo 10 comienza compartiendo la lista del grupo central de los discípulos que Jesús eligió personalmente. Estos hombres a menudo se les conoce como los Doce. Jesús tenía muchos seguidores, pero esta docena de hombres fueron especiales. La palabra "apóstol" proviene del término griego apolstolōn, la cual literalmente se refiere a alguien que ha sido "enviado" por un maestro para comunicar un mensaje. Jesús les dio Su propia autoridad para que ellos pudieran expulsar demonios y sanar enfermedades y aflicciones. Once de estos hombres pasaron el resto de sus vidas predicándoles Su mensaje a todos los que quisiera escucharlo. Uno de ellos, lamentablemente, optó por rechazar a Cristo y por lo tanto acabó sufriendo las consecuencias eternas de tal acción (Mateo 10:1–4).

Mateo nos proporciona una lista de los doce apóstoles, quienes aparentemente vienen agrupados en las parejas en las que Jesús los envió a predicar juntos: Pedro, Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, y Judas Iscariote.

Jesús comenzó a darles instrucciones para su viaje, un viaje durante el que los apóstoles visitarían los pueblos y las ciudades de Galilea predicando el mensaje de Jesús sanando y expulsando demonios en Su nombre. Los apóstoles no debían entrar en regiones gentiles o pueblos samaritanos, sino que debían centrarse en el pueblo de Israel. Su mensaje sería que el reino de los cielos estaba cerca. Debían animar a la gente a arrepentirse y a prepararse para Su llegada. Para demostrar que Su mensaje era verdad, recibieron el poder de Jesús para sanar a los enfermos, resucitar a los muertos y expulsar demonios, todos los milagros que Jesús mismo ya había realizado antes (Mateo 10:5–8).

Jesús insistió en que los apóstoles no se llevaran consigo dinero extra, ropa o provisiones para este primer viaje, lo cual no se les aplicó a los apóstoles en los viajes que hicieron después de este, ni tampoco se nos aplica a nosotros en la actualidad. Más bien, durante esta misión inicial, los apóstoles debían depender radicalmente de la provisión de Dios. Cuando llegaran a un pueblo nuevo, debían encontrar a las personas que fueran dignas en el sentido de que creyeran en el mensaje de Jesús. Los apóstoles debían quedarse con estas personas, debían dejar que la paz de Jesús llegara a esa casa. Si hubiera algún pueblo en el que nadie recibiera el mensaje de Jesús, los apóstoles debían sacudirse el polvo de los pies de ese mismo pueblo como señal del juicio que vendría sobre todos ellos (Mateo 10:9–15).

El informe de Mateo sobre todas las instrucciones que Jesús les estaba dando a Sus apóstoles pasa ahora a una predicción de la persecución que sufrirían los apóstoles después de la muerte, resurrección y regreso al cielo de Cristo. Ellos serían ovejas en tierra de lobos. Debido a que representarían a Jesús, serían llevados ante los tribunales religiosos y seculares judíos, así como ante los gobernadores y reyes gentiles, para que el Espíritu Santo hablara a través de ellos acerca de Jesús con tantas personas como fuera posible, sin importar su estatus social (Mateo 10:16–20).

Las enseñanzas de Jesús dividirían a las familias de Israel. El comentario de Jesús acerca de traer una espada no significa que tuviera intención de cometer ningún tipo de acto violento. Más bien, significaba que Su mensaje era inherentemente divisivo a los ojos del mundo incrédulo. Los mensajeros de Cristo serían ampliamente odiados porque representarían a Jesús. Por eso, tendrían la opción de mudarse a lugares diferentes. De esta manera, difundirían las buenas nuevas de Jesús con más gente. Dado que Jesús fue perseguido, Sus apóstoles también serían perseguidos (Mateo 10:21–25).

Sin embargo, los apóstoles no debían tener miedo, ya que todos ellos serían justificados cuando todo fuera revelado. Su misión no era obtener la victoria en la Tierra. En cambio, su misión era difundir por todas partes lo que Jesús les había dicho en secreto, sin importar las consecuencias que todo esto les trajera. Después de todo, los enemigos de Jesús solo podían hacerles daño físicamente. Dios es el único que puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno. Jesús se preocupa por ellos tanto como su Padre, y no sufrirían ni morirían sin que él lo supiera. Así como Dios es consciente de los momentos en los que un pájaro pequeño se cae, él también es consciente de los momentos en los que Sus hijos están sufriendo. Las dificultades no son una señal de que Dios haya abandonado a un creyente. Jesús reconocerá ante el Padre a aquellos que lo reconozcan ante el mundo (Mateo 10:26–33).

Debido a que Jesús es Dios, le exige un amor y una lealtad absoluta a todos Sus seguidores. Su declaración aquí es una declaración de divinidad: amar a Dios es más importante que amar a los demás según los grandes mandamientos (Mateo 22:34–40). Por eso, cuando Jesús dice que hay que amarlo tanto como a Dios, él se está poniendo a la altura de Dios. Este mandamiento no quiere decir que los creyentes "no amen" a sus familias, sino que deben priorizar la voluntad de Dios en sus vidas por encima de todo. Las familias se acabarían dividiendo sobre el hecho de si Jesús era o no el Mesías. Las personas que no amen a Jesús más que a su familia no serán dignos de él. El que no tome su cruz, muera a sí mismo, y lo siga, no será digno de él. Perder la vida por causa de Jesús traerá consigo el hecho de encontrar la vida verdadera: la vida eterna (Mateo 10:34–39).

Todos los que reciben a los apóstoles de Jesús, en realidad, estarían recibiendo a Jesús mismo, junto con el Padre (Mateo 10:40–42).
Resumen de contexto:
Mateo 10:1–4 enumera a los doce apóstoles, el grupo central de seguidores que Jesús mismo eligió. A estos hombres a menudo se les conoce colectivamente como "los Doce". Jesús les dio Su propia autoridad y poder para expulsar espíritus impuros y sanar todo tipo de enfermedades y aflicciones, los mismos milagros que Jesús mismo había estado haciendo hasta ese momento. Los apóstoles incluyen a los hermanos Pedro y Andrés, los hermanos Jacobo y Juan, junto con Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, otro Santiago, Tadeo, Simón y Judas Iscariote. Judas es quien traicionará a Jesús después de la última Cena.
En Mateo 10:5–15 Jesús comparte una serie de instrucciones con Sus apóstoles para que estuvieran preparados para el viaje misionero en el que estaban a punto de embarcarse a través de las ciudades de Galilea, en el norte de Israel. Su misión era predicar Su mensaje: que el reino de los cielos estaba cerca, al mismo tiempo que sanaban personas y expulsaban demonios. Los apóstoles no debían llevarse consigo nada de dinero ni ropa extra. En cambio, debían quedarse con personas que fueran dignas del reino en cada uno de los pueblos que visitaran. Si se diera el caso de que en uno de esos pueblos nadie creyera en su mensaje, los discípulos debían sacudirse el polvo de ese pueblo de sus pies. Después de instruirles sobre todo esto, Jesús comparte una serie de advertencias con ellos y comienza a animarlos.
Mateo 10:16–25 continúa con las instrucciones que Jesús les está dando a Sus doce apóstoles para su inminente viaje misionero. Aquí, Jesús comienza a describir los eventos que ocurrirían después de Su propia resurrección y regreso al cielo. Cuando llegara ese momento, los apóstoles serían arrestados y arrastrados ante varios tribunales y funcionarios porque representarían a Cristo e insistirían en que él era y es el Hijo de Dios. El Espíritu Santo hablaría a través de ellos acerca de Jesús, y se moverían de un pueblo a otro para evitar la persecución, difundiendo las buenas nuevas de Cristo por todas partes. Jesús fue perseguido, por lo que ellos mismos también sufrirían este tipo de abuso. Al igual que Jesús lo hizo durante la última Cena (Juan 16:25–33), Jesús animó a estos hombres a permanecer firmes en su fe.
Mateo 10:26–33 continúa con Jesús animando a Sus apóstoles, mientras los estaba enviando a los Doce y les estaba otorgando Su autoridad. Jesús les ordena a los apóstoles que proclamen por todas partes lo que les estaba diciendo ahora. A ellos también los perseguirían, pero no debían tener miedo. Sus enemigos solo podían matar el cuerpo, pero Dios, en cambio, puede también matar el alma. Por lo tanto, debían recordar que su Padre se preocuparía por ellos. Dios estaría allí cuando se cayeran. Jesús dice que, un día, él también reconocería ante Su Padre a todo aquel que lo reconociera ante los demás. Aquellos que negaran quien era, el Hijo de Dios, Jesús también los negaría a ellos.
Mateo 10:34–39 contiene algunas de las frases más desafiantes que Jesús llegara a decir. Como de costumbre, estas frases pueden malinterpretarse fácilmente cuando se sacan de contexto. La llegada de Cristo al mundo traería división en Israel, ya que incluso los miembros de una misma familia se enfrentarían entre ellos al considerar si Jesús era el Mesías o no lo era. Jesús dice que aquellos y aquellas que aman a su familia más de lo que aman a Cristo no son dignos de él. Jesús hace más hincapié sobre la idea de la lealtad, llegando hasta el punto de compararlo con el hecho de llevar nuestra propia cruz: una metáfora que hace referencia a la muerte. Las personas que lo siguen, sin embargo, serán los que un día alcanzarán la vida eterna. En cambio, las personas que siguen su propio camino perderán la vida, sin importar lo que encuentren en la tierra. Durante este pasaje, Jesús sigue dándoles instrucciones a los Doce mientras se preparaban para difundir el evangelio por primera vez (Mateo 10:5–7).
Mateo 10:40–42 acaba con las instrucciones que Jesús estaba compartiendo con los apóstoles antes de enviarlos hacia el pueblo de Israel. Jesús dice que cualquiera que recibiera a los apóstoles y creyera en Su mensaje acerca de Jesús, también lo estaría recibiendo a él y al que lo envió. Esas personas también compartirían la recompensa de los apóstoles, tal y como aquellos que reciben a un profeta o a una persona buena comparten sus recompensas también. La persona que les dé un vaso de agua fría a uno de "estos pequeñitos", los apóstoles, no perdería su recompensa de la eternidad en el reino de los cielos.
Resumen del capítulo:
Jesús les dio la autoridad y el poder que él mismo tenía sobre las enfermedades, los demonios e incluso la muerte a Sus doce apóstoles, a quienes él mismo había elegido. Jesús les da instrucciones en preparación tanto para un viaje a corto plazo que iban a realizar hacia los pueblos de Galilea como para Su ministerio después de que él los dejara. Primero, iban a predicar Su mensaje del reino en los pueblos israelitas mientras sanaban y expulsaban demonios para demostrar el poder de Jesús. Después, sufrirían una gran persecución ante los judíos y gentiles al intentar representar a Jesús. Sin embargo, no debían tener miedo, y debían confiar en que su Padre estaría con ellos y los recompensaría por hacer todo esto.
Contexto del capítulo:
Jesús sintió compasión por el pueblo de Israel, el cual estaba espiritualmente perdido. Mateo 10 es un registro de las instrucciones que Jesús les dio a Sus doce apóstoles principales mientras que los estaba enviando de viaje hacia los pueblos de Galilea. En ese mensaje, también compartió algunas advertencias sobre la persecución que un día llegarían a experimentar. En el capítulo 11, Jesús continuará proclamándole la verdad al pueblo de Israel, lo cual acabaría generando más conflictos con los líderes religiosos locales.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 5/13/2024 8:45:40 PM
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