¿Qué significa Mateo 11?
Comentario del capítulo:
Mateo 11 viene inmediatamente después de que Jesús enviara a Sus doce apóstoles en un viaje misionero por parejas (Mateo 10:1–4). Jesús mismo continuó enseñando y predicando por Galilea (Mateo 11:1).

Juan el Bautista estaba en prisión (Mateo 4:12). Había oído hablar de lo que Jesús había estado haciendo mientras viajaba de un lugar a otro. Juan le envió un mensaje a Jesús a través de sus propios discípulos, preguntándole si él era "el que había de venir". Juan quería saber si Jesús era realmente el Mesías, aparentemente porque Jesús aún no había juzgado a los que no se habían arrepentido. Lo más probable es que Juan se esperaba que Jesús trajera inmediatamente un reino nuevo a la Tierra. Su pregunta quizás no surgió desde la duda, sino que más bien se estaba preguntando la razón por la que Jesús aún no había hecho lo que Juan creía que iba hacer (Mateo 11:2–3).

Jesús les dijo a los discípulos de Juan que se fueran y le contaran lo que le habían visto hacer. Jesús hizo referencia a las profecías que Isaías había hecho sobre Mesías: que sanaría a ciegos, a cojos, leprosos y sordos, resucitaría a los muertos y les predicaría las buenas nuevas a los pobres. Jesús quería que Juan se tranquilizara al escuchar esto. Incluso cuando Dios no cumple con nuestras expectativas exactas, podemos estar seguros de que Dios siempre cumplirá Sus promesas (Mateo 11:4–6).

Cuando los discípulos de Juan se fueron de allí, Jesús se volvió hacia la multitud y les recordó lo importante que Juan había sido para Israel. Jesús declaró que Juan no solo había sido un profeta, sino que había sido la misma persona sobre la que Isaías había profetizado que vendría a preparar el camino para el Mesías (Malaquías 3:1). Entre todos los seres humanos nacidos hasta ese momento, Juan era el más grande. Aun así, la persona menos importante en el reino de los cielos era más importante que Juan. Esto significa que Juan el Bautista entendió con claridad el plan de Dios, mucho más que cualquier otro profeta anterior. Jesús añadió que, si Sus oyentes pudieran aceptarlo, Juan representaba el cumplimiento espiritual de la profecía que afirmaba que Elías iba a regresar (Mateo 11:7–11).

Sin embargo, Jesús aclaró que Israel había rechazado en su mayoría la predicación de Juan el Bautista; Israel también había rechazado mayoritariamente el mensaje de Jesús. Cristo comparó a los israelitas de esa generación con niños que se quejan de que sus compañeros de juegos no participan en sus juegos. En realidad, no importaba lo que vieran, y no importaba lo que Dios les diera, simplemente acabarían pidiendo lo contrario. Su verdadera motivación era resistirse, no someterse. En lugar de escuchar a Juan el Bautista y arrepentirse verdaderamente, la gente creyó que tenía un demonio dentro debido a su estilo de vida extraño y restrictivo. En lugar de escuchar a Jesús y arrepentirse, esta generación llegó a creer que Jesús era un glotón y un borracho porque no llevaba un estilo de vida austero. Jesús usó un proverbio para mostrar que tanto él como Juan tendrían razón al final (Mateo 11:12–19).

A continuación, Jesús pronunció un juicio sobre las ciudades en las que la gente no se había arrepentido, a pesar de haberlo visto realizar grandes y poderosos milagros. Si esos mismos milagros se hubieran realizado en las inicuas ciudades gentiles de Tiro y Sidón, esos idólatras se habrían arrepentido con gran humildad. Las ciudades judías de Corazín y Betsaida recibirán un juicio de Dios mucho más severo que el que recibirán esas ciudades paganas. Lo mismo pasaría con Cafarnaún, la ciudad natal adoptiva de Jesús, la cual recibiría un juicio más severo que el que recibió en su momento la malvada Sodoma, la cual Dios destruyó por completo (Génesis 19:24–25). Todo esto parece querer decirnos que la gente de Sodoma será juzgada de nuevo incluso después de haber sido juzgada en vida. Todo esto también parece insinuar que, de alguna manera, hay diferentes niveles de castigo o juicio debido a nuestros pecados terrenales (Mateo 11:20–24).

Jesús le agradece a Su Padre, Dios, el hecho de haberle ocultado la verdad a las personas que el mundo considera como personas sabias y entendidas. En cambio, Dios les revelará la verdad a aquellos que el mundo piensa que son como "niños". Jesús dijo que él y Dios Padre se conocían completamente y que él podía revelarle a Dios a las personas que él eligiera. Jesús invitó a las personas que estaban escuchando, las personas que estaban cansadas y agobiadas debido a las reglas y los requisitos añadidos de los fariseos, a que tomaran su yugo, ya que así encontrarían descanso para sus almas (Mateo 11:25–30).
Resumen de contexto:
Mateo 11:1–19 trata sobre Juan el Bautista, quien estaba en prisión en ese momento (Mateo 4:12). Juan envió a sus propios discípulos a que le preguntaran a Jesús si él era realmente el Mesías. Jesús les respondió y luego alabó a Juan delante de la multitud. Jesús les recordó acerca de la fuerza de Juan y afirmó que Juan fue el profeta que cumplió la profecía sobre la persona que le prepararía el camino al Mesías. Sin embargo, esa generación rechazó el mensaje de arrepentimiento de Juan, diciendo que Juan tenía un demonio y que Jesús era un glotón y un borracho. Jesús insistió en que tanto él como Juan al final tendrían razón.
Mateo 11:20–24 contiene el juicio que Jesús dejó caer sobre las ciudades judías de Corazín, Betsaida y Cafarnaún. La gente de esas ciudades vio los poderosos milagros de Jesús con sus propios ojos, pero no se arrepintieron. Demostrando un conocimiento divino tanto de lo que es como de lo que podría haber sido, Jesús señala que las ciudades gentiles paganas e inicuas como Tiro y Sidón se habrían arrepentido bajo las mismas circunstancias. Jesús dice que el castigo para esos gentiles sería más tolerable que el que Corazín y Betsaida acabarían recibiendo. Por lo tanto, Sodoma no habría sido aniquilada si hubieran visto a Jesús hacer lo que hizo en Cafarnaún. El juicio de Sodoma fue más tolerable que el que caerá sobre Cafarnaún.
Mateo 11:25–30 comienza con una oración de agradecimiento de Jesús a Su Padre por haberles ocultado la verdad a aquellos que se consideraban sabios según los estándares del mundo. En cambio, el evangelio les fue revelado a aquellos que el mundo incrédulo no consideraba importantes, hasta el punto de que los consideraban como niños. Jesús declara que él y el Padre se conocen completamente y que él elige quién puede conocer al Padre. Jesús les ofrece descanso a las almas de todos los que están agobiados y fatigados si solo aceptan su yugo, y dice que su carga es fácil y ligera.
Resumen del capítulo:
Juan el Bautista envió a Sus discípulos para preguntarle a Jesús si él era realmente el Mesías. Jesús les dio una respuesta específica para tranquilizar a Juan y luego lo defendió ante la multitud. Juan cumplió la profecía sobre la persona que prepararía al pueblo para el Mesías. Esa generación, sin embargo, rechazó escuchar tanto a Juan como a Jesús, porque decían que Juan tenía un demonio y que Jesús era un glotón y un borracho. Después, Jesús condena las ciudades que se niegan a arrepentirse y le agradece al Padre el hecho de revelarles la verdad a los niños. Jesús les ofrece descanso a los que están cansados y se siente agobiados por las circunstancias de la vida.
Contexto del capítulo:
Mateo 11 viene después de que Jesús les diera algunas instrucciones a los apóstoles acerca de cómo comunicar Su mensaje y hacer milagros por todos los pueblos de Israel (Mateo 10). Jesús respondió a una pregunta de los seguidores de Juan el Bautista y defendió el ministerio de Juan. Jesús condenó a varias ciudades de Galilea por haber rechazado Sus enseñanzas a pesar de haber presenciado señales obvias de Su divinidad. Jesús le dio gracias a Su Padre por haberle ocultado la verdad a aquellos que con arrogancia se creían sabios. Jesús les ofrece descanso a las personas que toman Su yugo. Todo esto provocó más confrontaciones con las personas que lo criticaban, las cuales aparecen durante el capítulo 12.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 5/13/2024 11:41:12 PM
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