¿Qué significa 1 Corintios 1:18?
Pablo ahora comienza a darnos más información sobre lo que dijo al final del versículo 17: que Cristo no lo envió para que comunicara el evangelio con una sabiduría forzada y elocuencia, ya que eso provocaría que la cruz de Cristo perdiera su poder. Pablo divide el mundo en dos grupos de personas: los que se pierden y los que se salvan. Las personas que perecen están destinadas a pasar la eternidad separados de Dios, mientras que los que se salvan están destinados a vivir la eternidad siendo partícipes de la gloria de Dios.Para el primer grupo, los que perecen, la cruz de Cristo es una "locura". Pablo está diciendo que para las personas que no alcanzan la salvación, las personas que predican el evangelio parecen ser idiotas. En resumen, las personas impuras piensan que tanto los creyentes como su fe son estúpidos.
En los días de Pablo, los romanos seguían usando la cruz como un medio de ejecución pública. La cruz simbolizaba tanto el hecho de haber cometido algún acto vergonzoso como la realidad de que nadie podía resistirse ante el poder del imperio romano. Es importante mencionar que la cruz de Cristo no era considerada como una estupidez en la cultura griega y romana debido al ateísmo. En verdad, esas culturas creían en todo tipo de dioses y los clasificaban por el poder que ejercían sobre la naturaleza y la humanidad. La cruz de Cristo era una tontería para la cultura pagana porque Jesucristo fue rechazado por Su propio pueblo, y además los romanos lo crucificaron como a cualquier otro criminal.
De acuerdo con la perspectiva griega y romana, un dios al que le ocurriera eso no debía considerarse como un dios en absoluto.
Sin embargo, para aquellos que han alcanzado la salvación a través de su fe en Cristo, la cruz representa el acto más poderoso que Dios jamás haya realizado. En realidad, el Hijo de Dios no había perdido una batalla en contra de los líderes judíos o del gobierno romano, ni tampoco lo vencieron o lo derrotaron (Juan 10:17–18; 18:6; Mateo 26:53). Dios Padre sacrificó a Su Hijo Jesús para pagar por el pecado humano. Jesús, a pesar de Su poder y autoridad ilimitados, entregó Su vida para cubrir los pecados de todos lo que de otro modo iban a perecer para siempre.
Los que confían en Cristo entienden que, si Dios no hubiera hecho algo así, todos estaríamos perdidos y nadie tendría esperanza.