¿Qué significa 1 Corintios capitulo 1?
Pablo le escribió a la iglesia de Corinto desde Éfeso. Pablo conocía muy bien la ciudad de Corinto, ya que pasó más de un año y medio allí, llevando a la gente hacia Cristo y ayudando a establecer la iglesia en esa ciudad. Pablo les está escribiendo ahora para corregir algunas de las actitudes y comportamientos de esa iglesia, y también respondió a algunas de las preguntas que ellos le hicieron a través de una carta que le habían enviado antes.Antes de comenzar a corregir algunos de sus comportamientos, Pablo comienza su carta agradeciéndole a Dios todo lo que había hecho por los cristianos en Corinto. Pablo deja claro que estaba convencido de que la fe de los corintios era real y genuina. Además, los dones que Dios les había permitido recibir, entre los que se incluían los dones de la palabra y el conocimiento, era prueba de ello. Sea cuales fuere los problemas que tenían, esos problemas no surgieron debido a que Dios no les hubiera dado todo lo que necesitaban. Pablo les asegura que debido a que están en Cristo, serán irreprensibles ante Dios durante el día del Señor y Cristo sustentaría sus vidas hasta que llegara ese día. Dios los había santificado a través de su comunión con Cristo (1 Corintios 1:1–9).
A continuación, Pablo comienza a abordar una de las muchas preocupaciones que tenía acerca de los corintios. Primero, alguien le dijo a Pablo que los Corintios estaban divididos en facciones según al maestro al que seguían. Algunos seguían a Pablo, mientras que otros decían que seguían a un maestro llamado Apolos o al apóstol Pedro. Otros incluso decían que seguían a Cristo, como si se tratara de una categoría completamente separada. Pablo les insta a unirse en lugar de dividirse, y a encontrar la manera de estar de acuerdo entre sí y dejar de definir su fe en base al maestro al que siguieran, incluido él. Cristo no está dividido, ni tampoco fueron bautizados en el nombre de Pablo. Pablo sí que bautizó a algunos de ellos, pero todos fueron bautizados en el nombre de Jesús. Por tanto, todo su enfoque debía estar en Cristo, no en un ningún otro líder de la iglesia (1 Corintios 1:10–17).
Después, Pablo dice que Cristo no lo envió a predicar el evangelio con palabras elocuentes y sabias. Si tratara de persuadir a la gente a creer en Cristo de esa manera, correría el riesgo de vaciar la cruz de Cristo de su verdadero poder. La cruz no debe presentarse con argumentos complicados, sino con palabras simples para que pueda entenderse sin problemas. De hecho, Pablo nos muestra que muchas personas han rechazado la fe en Cristo a causa de la cruz. La idea de un Mesías o una deidad crucificada es una locura para aquellos que se están muriendo en su pecado. Sin embargo, para aquellos que creen y se están salvando, la cruz es el poder Dios (1 Corintios 1: 18–21).
Para el pueblo judío, la enseñanza de que el Mesías al que habían estado esperando por tanto tiempo había venido solo para ser asesinado como un delincuente común en una cruz romana era una idea tan revolucionaria como lo era ofensiva. Los judíos querían señales milagrosas, que el Mesías guiara a Israel hacia una nueva era gloriosa de libertad y dominio. Para los griegos, quienes valoraban sobre todo la búsqueda de la sabiduría a través de la razón y la lógica humanas, la cruz también era una tontería. ¿Qué clase de dios serviría a los humanos pecadores y sacrificaría a Su propio Hijo para pagar por sus pecados? Tal dios sería débil e inepto, en lugar del único Dios verdadero que está por encima de todos los demás dioses que en realidad son falsos (1 Corintios 1:22–25).
Pablo nos muestra que a Dios le agradó salvar a los que creían en el evangelio de Cristo crucificado, lo cual para muchos fue una locura. De hecho, Dios escogió intencionalmente a aquellos que eran débiles e insensatos a ojos del mundo para creer en el evangelio "débil e insensato" de Jesús. De esta manera, Dios avergonzará la supuesta sabiduría y fortaleza de todas aquellas personas de alto estatus que rechacen la fe en Cristo (1 Corintios 1:26–31).