¿Qué significa 1 Corintios 10:19?
Pablo hablando sobre la razón por la que los cristianos deben evitar comerse alimentos que se les haya ofrecido a los ídolos a sabiendas. Pablo ha demostrado la manera en que la comunión cristiana involucra participar en la sangre y el cuerpo de Cristo, así como también comer alimentos que se hayan sacrificado en un altar resulta en la participación y conexión con ese altar.Ahora da un paso atrás para aclarar algo y hace una pregunta para la que la respuesta clara es "no". La comida que se le ofrece a los ídolos no es "algo". De hecho, incluso los ídolos mismos no son "nada". Con esto quiere decir que estos ídolos no son en realidad dioses y, por lo tanto, la comida que se les ofrece no es más que comida.
Pablo está diciendo esto especialmente para los cristianos en Corinto que querían continuar comiendo alimentos que se les hubiera ofrecido a los ídolos y asistir a funciones en templos paganos (1 Corintios 8:4–6). Las personas que crecieron en Corinto y llegaron a la fe en Cristo más tarde en la vida estaban luchando con la idea de que debían mantenerse alejados de todo eso. En realidad, no es que quisieran adorar a esos ídolos, sino que la adoración de ídolos y dioses falsos eran tan normal en la vida de Corinto que era difícil desvincularse de ella por completo.
Las bodas, los funerales y las reuniones de negocios se llevaban a cabo en templos de ídolos donde se servía comida de ídolos. Incluso las personas que no adoraban a ídolos asistían a banquetes en los templos de esos ídolos y compraban la carne que se les ofrecía a esos ídolos para alimentar a sus familias. Evitar por completo participar de esos ídolos de cualquier manera, por tanto, aislaría a los cristianos de la vida diaria de Corinto.
Por eso, no es de extrañar que rechazaran la idea de evitarlo a toda cosas. Si los ídolos eran falsos y no tenían ningún poder real, ¿qué diferencia había?
Pablo estaba de acuerdo con ellos sobre algo importante: "sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en este mundo, y que solamente hay un Dios" (1 Corintios 8:4). Pablo no ha cambiado de opinión, pero sí que nos mostrará en los siguientes versículos que sí había un poder real obrando detrás de esos ídolos falsos.