¿Qué significa 1 Corintios 10:32?
En el versículo anterior, Pablo compartió el estándar de comportamiento en lo que a participar en ciertas actividades se refiere. Lo que sea que decidamos hacer o dejar de hacer, debe centrarse en traerle gloria a Dios. Además, añade ahora Pablo, los cristianos deben esforzarse para no ofender a los judíos, ni a los griegos, ni a la iglesia de Dios.En el capítulo 8, Pablo dijo que los creyentes no deben convertirse en una "piedra de tropiezo" en el camino de los demás. En este versículo, se usa la palabra proskomma para comunicar esa idea. Aquí, Pablo usa la misma raíz de la palabra, con una negación: a-proskopos. Literalmente, lo que Pablo quiere decir es que debemos actuar sin que nuestras acciones se conviertan en un obstáculo para los demás.
En otras palabras, nuestra libertad en Cristo siempre depende de si lo que elegimos hacer perjudica o no el camino espiritual de otra persona. ¿dejará de confiar la otra persona en Cristo? ¿hará que otro creyente comience a tener dudas? Por muy bueno que sea lo que decidamos hacer, es siempre un pecado cuando lo hacemos sin tener compasión por los demás.
Como ejemplos, Pablo enumera a tres grupos que los cristianos corintios conocían bastante bien: los judíos incrédulos que aún vivían bajo la ley, griegos incrédulos, es decir, gentiles que probablemente aún vivían como paganos, y sus propios hermanos y hermanas espirituales en la iglesia cristiana. Nuestro objetivo debe ser asegurarnos de que todo lo que hacemos se centre en edificar la fe de los demás.
Pablo quizás estaba hablando sobre la opción de entrar a un templo de ídolos para ver una función, o sobre el hecho de comer carne que se sabía que se le había ofrecido a un ídolo. Este principio, sin embargo, se le puede aplicar a todas nuestras libertades y derechos como cristianos que somos. Incluso en el mundo moderno, hay lugares, eventos y objetos que están asociados con ideas o cosas impuras. Incluso aunque esas cosas no sean pecaminosas en sí mismas, debemos tener cuidado con los mensajes que les enviamos indirectamente a los demás al interactuar con esas cosas.
Cabe señalar, sin embargo, que la meta de los creyente no es vivir preocupados constantemente. Nuestra misión principal tampoco es evitar ofender al mundo a toda costa. De hecho, muchos se pueden sentir ofendidos debido a nuestra fe en Cristo o debido a nuestras convicciones bíblicas. Algunas personas no son "débiles" en su conciencia, sino bastante "obstinadas", e intentan obligar a los demás a vivir según cómo se lo dictan sus propias convicciones. En realidad, no debemos comprometer la verdad o la justicia por el bien de los sentimientos de los demás, ni tampoco se nos ordena permitir que las preferencias de otras personas controlen nuestras vidas. Más bien, los creyentes deben evitar ofender a los demás siempre y cuando se pueda evitar.