¿Qué significa 1 Corintios 11:9?
Pablo está haciendo énfasis sobre una diferencia sutil que hubo entre la creación del hombre y mujer para apoyar una norma cultural específica que había en su época: el hecho de que los hombres y las mujeres debían cubrirse la cabeza de una manera diferente. Debido a eso, Pablo les prohibió a los hombres que se cubrieran la cabeza durante el momento de la oración y los momentos en los que se profetizaba en la iglesia, y les exigió a las mujeres que se cubrieran la cabeza cuando hicieran lo mismo.En términos generales, el hombre es la gloria de Dios. Esto se debe a que Dios creó a Adán a Su propia imagen, y Adán representó el momento cúspide de la creación. Por eso, analógicamente con la cultura corintia, los hombres no debían cubrirse la cabeza para honrar a su cabeza espiritual, y a su creador, que es Cristo.
Sin embargo, la mujer es la gloria del hombre porque la primera mujer se formó de una de las costillas de Adán. Ahora Pablo añade que la mujer fue creada para el hombre. El hombre, en general, no fue creado para la mujer. Por eso, las mujeres corintias debían cubrirse la cabeza, su gloria, para honrar a su cabeza metafórica, a sus maridos, padres u otros cabezas de familia que fueran varones. Esa es la razón por la que no cubrir "su gloria" en público les traerías deshonra.
Obviamente, esto nos plantea muchas preguntas a nosotros en la actualidad. La primera es si las mujeres cristianas deberían cubrirse la cabeza cuando participan en los servicios de la iglesia en la actualidad. Casi todos los estudiosos de la Biblia dicen que no: el mandamiento de Pablo en este pasaje se centra en la manera en que se representaba la "gloria" de la mujer según las normas de su propia época. En resumen, cubrirse o no la cabeza no tiene ningún significado explícito o implícito en nuestra culturs, al menos en occidente, por lo tanto, esto no se nos debe aplicar a nosotros.
Al mismo tiempo, y exactamente por las mismas razones, estos versículos sí que nos revelan un principio que es universal y vinculante para todos los creyentes que han existido y existirán en todos los tiempos y culturas del mundo. A pesar de nuestras propias opiniones personales, los creyentes no deben exhibirse de tal manera que la cultura los vea como objetos sexuales, especialmente cuando se reúnen como "cristianos" para adorar a Dios. Eso era, de hecho, lo que las personas entendían cuando veían a una mujer con la cabeza descubierta en esa época.