¿Qué significa 1 Corintios capitulo 12?
En 1 Corintios 12, Pablo describe el cómo y el por qué Dios les ofrece dones espirituales a los cristianos. Pablo parece estar respondiendo a algunas cuestiones que le plantearon los corintios en una carta que le habían enviado antes (1 Corintios 7:1). Por el contexto, los creyentes en Corinto parecen haber estado preguntándose la razón por la que algunos cristianos recibieron dones espirituales mientras que otros parecían no ser personas tan "espirituales". Es posible que algunas personas en Corinto hubieran estado demostrando un poder sobrenatural evidente al hablar en lenguas, por ejemplo, mientras que otros no podían hacerlo porque recibieron dones que no eran tan ostentosos o visibles.La enseñanza de Pablo sobre los dones espirituales en este capítulo nos muestra que no debemos pensar de esa manera. Pablo comienza diciendo que no quiere que estén desinformados. Todo cristiano es espiritual porque todo cristiano tiene el Espíritu Santo. Solo las personas que tienen el Espíritu Santo pueden decir con verdad y sinceridad "Jesús es el Señor", y todo creyente puede decir eso (1 Corintios 12:1–3).
Los dones espirituales, los actos de servicio y otras actividades piadosas se pueden expresar de muchas maneras. Lo que tienen en común es que todo ello proviene del mismo Espíritu Santo, y los recibimos para servirle al Señor y servirles a los demás. Dios el Padre es quien permite que los recibamos. En otras palabras, estos dones espirituales no tienen que ver nada con las personas que los usan, sino que tienen que ver con Dios y Sus propósitos.
Además, los dones espirituales se les dan a cada cristiano y cristiana con el propósito de servirse los unos a los otros; se dan por el bien común y no para ganar ningún tipo de estatus o respeto entre los creyentes. Un don espiritual es la habilidad sobrenatural de servir a la iglesia de una manera que alguien nadie podría hacerlo si no fuera con la ayuda de Dios (1 Corintios 12:4–7).
Pablo comienza enumerando a nueve de ellos, y enfatiza que cada persona recibe dones diferentes. De hecho, nadie recibe todos los dones, sino que todas las personas reciben al menos uno. Estos primeros nueve dones reciben el nombre de "dones de señales" o "dones de confirmación". Muchos grupos y maestros cristianos creen que el Espíritu otorgó estos dones únicamente durante la época de los apóstoles y antes de que se estableciera el Nuevo Testamento. Su propósito era confirmar que el poder de Dios estaba detrás del mensaje del evangelio. Otros grupos y maestros cristianos, sin embargo, creen que el Espíritu continúa regalándoles estos dones a los cristianos en la actualidad.
Estos dones incluyen la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento, junto con la fe, la sanidad, los milagros, la profecía, el discernimiento entre espíritus, el hablar en lenguas y la interpretación de lenguas. Es probable que estos dones se estuvieran ejerciendo en la iglesia de Corinto. Pablo enfatiza que el Espíritu es quien decide a quién darle cada don. Esto significa que los dones no se ganan ni se adquieren por el esfuerzo de quienes los reciben (1 Corintios 12:8–11).
Por lo tanto, tener uno u otro don espiritual no debe hacer que nadie sea considerado más espiritual o importante que el resto de las personas. En cambio, Pablo animó a los corintios a pensar en su iglesia, y en la iglesia mundial en general, como una especie de cuerpo. Un cuerpo humano es solo una cosa, un organismo, pero está compuesto de muchas partes diferentes, todas con funciones diferentes. De la misma manera, la iglesia se compone de muchos creyentes, pero todos ellos están conectados por el Espíritu Santo que habita en ellos, y es una sola cosa: el cuerpo de Cristo en la Tierra (1 Corintios 12:12–13).
De hecho, sería ridículo que algunas partes del cuerpo quisieran abandonar el cuerpo porque no pueden convertirse en una parte diferente; y lo mismo ocurriría si una parte del cuerpo dijera que no necesita al resto de las partes de las que se compone el cuerpo. Los cristianos también deben descubrir que su papel en el cuerpo de Cristo es esencial, así como aprender a valorar lo necesarias que son el resto de las demás funciones. Incluso aquellas partes que se consideran "menos honorables" reciben un cuidado y un honor especiales, ¡porque instintivamente sabemos lo importantes que son! Lo mismo debería aplicarse a la forma en que los cristianos nos tratamos los unos a los otros cuando usamos y fomentamos los dones espirituales (1 Corintios 12: 14–27).
Pablo concluye, sin embargo, diciendo que, al menos en Corinto, la primera, segunda y tercera posición más esencial eran la del apóstol, el profeta y el maestro. Esto parece sugerir que esos eran los roles más impactantes, o al menos los más potentes, dentro del rol que la iglesia debe desempeñar como iglesia en el mundo. Sin embargo, tal y como Pablo ha dicho en este capítulo, esos dones no pueden ser efectivos a menos que el resto de los miembros del cuerpo sean honrados y también funcionen correctamente (1 Corintios 12:28–31).
Pablo termina esta sección con la intención de mostrarnos "un camino más excelente". Una descripción del amor cristiano tal y como Dios quiso que lo fuera desde el principio.