¿Qué significa 1 Corintios 13:3?
Los corintios, aparentemente, habían llegado a la conclusión de que algunos de ellos eran más maduros a nivel "espiritual" que otros; o que algunas personas eran más importantes dependiendo del don espiritual que hubieran recibido. Pablo ha demostrado que el hecho de poner en práctica incluso los dones espirituales más poderosos e impresionantes sin amor hace que esos dones no tengan sentido y que el que los usa se convierta en "nada". Pablo usa uno de los varios términos griegos que describen el concepto del amor aquí: agape, el cual describe un tipo de amor piadoso que pone a los demás primero.Ahora Pablo va más allá de esos dones espirituales y se concentra en los actos más profundos de sacrificio espiritual que los cristianos pueden llegar a realizar. Jesús le dijo a un joven gobernante rico que vendiera todo lo que tenía y le diera todo ese dinero a los pobres (Marcos 10:17–22). ¿Quién sabe? Si alguien realmente hiciera algo así alcanzaría el nivel espiritual más alto en lo que se refiere al cristianismo. Sin embargo, insiste Pablo, hacerlo sin amor por los demás causaría que eso gesto en sí mismo perdiera todo el sentido.
Pablo pasa ahora a hablar del sacrificio más intenso de todos. ¿Qué pasaría si una persona ofrece su propio cuerpo en sacrificio por el Señor? Una vez más, Pablo dice que este sacrificio sería un sin sentido si se hiciera sin sentir amor por los demás.
Pablo no está diciendo que quemarse hasta la muerte en una especie de suicidio religioso fuera algo loable. En cambio, parece estar refiriéndose a las personas que se niegan a rechazar su fe en Cristo incluso cuando están a punto de morir. Pablo había pasado por momentos similares a este, y muchos cristianos y cristianas durante la iglesia primitiva tuvieron que hacer lo mismo.
¿Por qué razón daría alguien todo su dinero o incluso su vida si no fuera por el amor que siente hacia Cristo y hacia los demás? Tal vez una persona podría hacer tal cosa por orgullo, para recibir gloria o en un intento necio de ganarse el favor de Dios. El amor, sin embargo, es el único motivo que hace que tales sacrificios acaben valiendo la pena.