Capítulo
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1 Corintios 15:10

LBLA Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
NBLA Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
NVI Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
RV1960 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
JBS Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo.

¿Qué significa 1 Corintios 15:10?

En el versículo anterior, Pablo dijo que no era digno de que lo consideraran como un "apóstol" de Jesucristo. Después de todo, él fue unos de los que comenzó a encarcelar y a matar a las personas que creyeron en Cristo después de la resurrección de Jesús de entre los muertos y su regreso al cielo. ¿Por qué elegiría Dios a Pablo para representar a Cristo ante el mundo?

Pablo no se atribuye ese mérito a sí mismo. Cristo se le apareció a Pablo mientras Pablo se encontraba de camino para encarcelar y matar a más cristianos, y fue entonces cuando le encomendó la misión de expandir el evangelio por todo el mundo, especialmente entre los gentiles (Hechos 9:3–6; 22:6–11). Claramente, Cristo no hizo esto porque Pablo se lo hubiera ganado o porque era digno de hacerlo, ya que Pablo había luchado tanto en contra de Cristo como en contra de todos Sus seguidores.

Pablo dice ahora que fue la gracia de Dios lo que hizo que se convirtiera en lo que era en ese momento: un mensajero de Cristo. La gracia es un regalo que no se puede ganar. Pablo no hizo nada para recibirla, sino que Dios decidió transformarlo y enviarlo como Su mensajero por todo el mundo.

La gracia de Dios se había desperdiciado o usado en vano. Pablo respondió a la gracia de Dios por medio de la fe en Cristo, entregándose en corazón, alma, mente y cuerpo a la misión que Cristo le encomendó llevar a cabo. Pablo dice que trabajó mucho más que cualquiera de los otros apóstoles, y rápidamente añade que tampoco se atribuía el mérito de esto, sino que también había sido un regalo de la gracia de Dios.
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