¿Qué significa 1 Corintios 15:19?
¿Qué pasaría con el cristianismo si Cristo nunca hubiera resucitado de entre los muertos? Las personas que no creen en la resurrección de entre los muertos deben hacerse esta pregunta más tarde o más temprano. Sin embargo, la respuesta para este tipo de pregunta no trae consigo buenos augurios. Si Cristo no hubiera resucitado de entre los muertos, entonces el evangelio sería falso y las personas que lo enseñan serían unos mentirosos. Las personas que creen en el evangelio habrían estado perdiendo su tiempo y todavía no habrían alcanzado el perdón de Dios por sus pecado y estarían destinados a pasar la eternidad en el infierno. Las personas que hayan fallecido estarían sufriendo ahora mismo ese castigo eterno.Quizás este grupo de corintios creía que la muerte traía consigo la aniquilación tanto del cuerpo como del espíritu, tal y como muchas personas lo creían en esa cultura. De ser así, habrían considerado que los beneficios de llegar a la fe en Cristo solo se disfrutan durante esta vida. Pablo comienza aquí decir que, si eso fuera cierto, entonces la fe no valdría la pena. Si nuestra esperanza en Cristo fuera una esperanza que se terminara una vez fallecemos físicamente en esta vida, ¡sería una gran pérdida de tiempo!
Este lamento es especialmente conmovedor para personas como Pablo, quien sufrió una persecución extrema por su fe. Si Jesucristo no resucitó literalmente de entre los muertos, entonces el abuso físico y emocional que sufrió Pablo tampoco habría tenido sentido (2 Corintios 11:24–28). Aquí, de nuevo, la razón y la lógica tienen cabida dentro del cristianismo: si no hay una vida después de la muerte, entonces deberíamos sentir pena por las personas que creen en ella. De hecho, algunas personas en la actualidad miran a otros de esa manera. Pablo dice que tendrían todo el derecho de hacerlo si Cristo y Sus seguidores no resucitaran a una nueva vida.
Por supuesto, este no es el final del proceso lógico de Pablo. Si Cristo realmente resucitó, entonces la fe si tendría sentido, y sería la mejor noticia que el mundo pudiera haber recibido. ¡Afortunadamente, Cristo resucitó sin lugar a duda (Mateo 28:6)!