¿Qué significa 1 Corintios 15:43?
Pablo está ayudándoles a los corintios a comprender que el cuerpo resucitado de un creyente no será una versión menor reanimada del cuerpo que vivió antes de la muerte, sino todo lo contrario. Los dos cuerpos, aunque estén relacionados, no serán del mismo tipo. De hecho, serán tan diferentes como el cuerpo de un pájaro se diferencia del cuerpo de un pez (1 Corintios 15:39) o como el cuerpo de un hombre se diferencia del de una estrella (1 Corintios 15:40).El versículo anterior comenzó a detallar algunas diferencias específicas que habrá entre el cuerpo corrompido por el pecado de un creyente en esta vida y el cuerpo glorificado y perfeccionado que vendrá en la resurrección. La primera diferencia que se mencionó fue que nuestros cuerpos antes de la muerte son perecederos, tienen fecha de caducidad. El cuerpo resucitado, sin embargo, es eterno, inmortal.
Pablo añade que el cuerpo que vivió anterior a la muerte se siembra en deshonra. Debido a la analogía que Pablo usó anteriormente (1 Corintios 15:37), este término puede entenderse de más de una forma. La palabra "sembrado" puede referirse a cómo se entierra el cuerpo en la tierra, tal y como se hace con un planta. La otra posibilidad es que Pablo, al usar la palabra "sembrado" aquí, esté haciendo una referencia a la manera en que el cuerpo nace inicialmente en pecado. En otras palabras, el cuerpo terrenal nace y crece en un estado de pecado continuo. Entonces, el pecado con el que nacemos y el pecado que cometemos provoca que nuestros cuerpos físicos sean deshonrosos, y tampoco reciben nada de honra simplemente porque mueran.
En cambio, para los creyentes en Jesucristo, hay una transformación. El cuerpo del creyente resucita en gloria. El uso de la palabra "gloria" se conecta con el ejemplo que Pablo compartió acerca del resplandor de las estrellas en los cielos. Los maestros de la Biblia a menudo hablan de los cuerpos resucitados como si fueran "cuerpos glorificados". Por tanto, están libres de toda deshonra del pecado y llenos de la luz eterna de la gloria de Dios.
Pablo continúa diciendo que estos cuerpos que vivieron antes de la muerte se siembran en debilidad, y están severamente limitados física, moral y espiritualmente. Sin embargo, el cuerpo del creyente resucita con un poder que ninguno de nosotros puede imaginarse debido a las limitaciones que el pecado pone en nuestras mentes.