¿Qué significa 1 Corintios 16:15?
Pablo habla aquí sobre un hombre llamado Estéfanas y su familia de Corinto. Dice que fueron los primeros conversos al cristianismo en Acaya. Corinto era la capital de la provincia romana de Acaya, y es posible que ese nombre no se refiriera a toda la provincia sino a un área más cercana a Corinto. Pablo mencionó al comienzo de esta carta que él personalmente había bautizado a Estéfanas y a todos los miembros de su casa.Es probable que Pablo esté mencionando a Estéfanas aquí al final de la carta porque él era uno de los tres hombres que vinieron a visitar a Pablo en Éfeso, y quizás le llevaron la carta que los corintios le habían escrito a Pablo, la cual Pablo ha estado mencionando en su propia carta desde el principio.
Después de aceptar a Cristo, Estéfanas y su familia se dedicaron en cuerpo y alma a seguir a Cristo. Pablo dice que se dedicaron al servicio de los santos, es decir, se dedicaron a servir a todas las demás personas que aceptaron a Cristo después de ellos.
1 Corintios 16:12–18 contiene algunas de las últimas palabras que Pablo estaba tratando de compartir con los corintios al final de su carta. Pablo les dice que Apolos no iría a visitarlos de inmediato, y los anima a estar en guardia y a mantenerse firmes en la fe en contra de los falsos maestros. Debían ser fuertes, pero también hacerlo todo con amor. Finalmente, Pablo les dice que se sometan y reconozcan a personas como a Estéfanas. Estos siervos-líderes eran muy devotos; fueron los primeros cristianos que surgieron en Corinto y habían animado mucho a Pablo cuando fueron a verlo a Éfeso.
Habiendo terminado las principales partes de enseñanza en su carta, Pablo concluye con algunos asuntos relacionados con las ayudas económicas que se ofrecían entre las iglesias. Primero, comparte detalles con los corintios acerca de cómo reunir fondos para hacer una contribución especial. Después, les presenta sus planes de viaje, incluido su plan para ir a Corinto antes del invierno. Les advierte que traten bien a Timoteo y felicita a una delegación de Corinto que había ido a verlo. Pablo concluye saludando a otros creyentes, compartiendo una condena y una bendición. Primero, condena a las personas que no aman al Señor —en este caso, los falsos maestros— y después ora para que la gracia del Señor esté con todos los demás.