Capítulo
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Verso

1 Corintios 16:2

LBLA Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.
NBLA Que el primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.
NVI El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos, para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya.
RV1960 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
JBS Cada primer sábado, cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.

¿Qué significa 1 Corintios 16:2?

Pablo comienza a darle a la iglesia de Corinto instrucciones específicas sobre cómo recolectar dinero para los cristianos judíos que estaban sufriendo en Jerusalén. Muchos maestros de la Biblia le aplican estos principios básicos tanto a la manera en que los cristianos modernos deben dar en las iglesias locales como a la manera en que deben cubrir otras necesidades.

Pablo les dice que lo hagan cada semana, y de una manera individual y proporcional. Específicamente, cada persona—u hogar—debe reservar una cierta cantidad de dinero el primer día de cada semana. En realidad, no está claro si este dinero debía llevarse a la reunión semanal de la iglesia y guardarse todo junto o no. Quizás lo guardaban y después se lo daban a Pablo cuando lo veían.

Los cristianos se reunían los domingos, probablemente porque Cristo resucitó de entre los muertos un domingo.

Pablo les dijo a todos que contribuyeran a la colecta, tanto a los ricos como a pobres. En esta carta ya se nos reveló que había algún tipo de ruptura entre los ricos y los trabajadores pobres en la iglesia (1 Corintios 11:20–22). Pablo dijo que este regalo para sus hermanos y hermanas de Jerusalén debía recolectarse gracias a la apoyo económico de todas las personas de la iglesia.

Por lo tanto, hay que dar, pero según lo que cada uno "haya ganado". Pablo los animó a que dieran proporcionalmente, lo que significa que cada persona debía dar un porcentaje de sus ingresos en lugar de una cantidad fija. Específicamente, Pablo no les dice que den el diez por ciento, el diezmo. De hecho, el Nuevo Testamento nunca les ordena a los cristianos que diezmen de la misma forma que se hacía en el Antiguo Testamento (Levítico 27:30; Números 18:26). Los judíos que vivían bajo la ley del Antiguo Testamento estaban obligados a diezmar, además de ofrecer otras contribuciones que se requerían tanto para el templo como para los sacerdotes.

En cambio, Pablo les ordenó que dieran según lo que cada uno hubiera ganado, que dieran todo lo que ganaran que excediera el dinero que necesitaban para vivir. Los historiadores nos dicen que muchas de las personas de Corinto que vivían entre las clases más pobres probablemente tenían dificultades para sobrevivir de semana a semana.

Finalmente, Pablo les dice a los corintios que fueran reservando el dinero semana a semana para que no fuera necesario recolectarlo cuando él llegara, para así organizar la entrega del regalo con más facilidad. En realidad, no les explica por qué, pero probablemente Pablo quería evitar la incomodidad de exigir que los corintios aportaran algo de dinero en el momento en que él llegara. Pablo quería animarlos a desarrollar el hábito de reservar con regularidad el dinero para cubrir las necesidades de los demás.
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