¿Qué significa 1 Corintios 2:14?
La idea que aparece en este versículo es crucial a la hora de comprender el conocimiento espiritual y la manera de interactuar con el mundo incrédulo. En resumen, no deberíamos esperar que los no creyentes piensen o actúen como las personas que sí creen. El problema no es intelectual ni moral; de hecho, la razón y la evidencia apuntan hacia Dios (Salmo 19:1; Romanos 1:18–23). La diferencia clave no es física, sino espiritual: las personas que no son guiadas por el Espíritu Santo, a través de la fe en Cristo, simplemente carecen de una perspectiva espiritual que les ayude a entender la verdad.La única forma de creer en las verdades de Dios, incluido Su plan de salvación a través de la fe en Cristo, es que Dios nos comunique esas verdades a través de Su Espíritu Santo. El trabajo de Pablo fue ayudar a las personas a entender las verdades de Dios, específicamente las personas que ya habían recibido anteriormente la capacidad espiritual de creer en Dios, pero él sabía que él no era el filtro a través del cual la gente llegaba a la fe. El conocimiento intelectual y la razón humana no pueden provocar que una persona tenga fe; en el mejor de los casos, solo pueden ayudarnos a expandir nuestro conocimiento sobre Dios (Santiago 2:19).
En este versículo, Pablo dice que los que no tienen el Espíritu de Dios no pueden "entenderlo". Debemos entender y creer en las verdades de Dios a un nivel espiritual. De acuerdo con Pablo, las personas que no tienen el Espíritu de Dios no pueden alcanzar ese nivel espiritual. Es lo mismo que cuando una televisión o una radio están mal sintonizadas.
El hombre natural rechaza todo lo que procede del Espíritu de Dios, y además piensa que es una locura. Las personas que solo usan únicamente sus sentidos y la razón nunca podrán comprender las verdades espirituales que proceden de la revelación que Dios ha compartido con nosotros acerca del pecado, la salvación y Cristo. Por lo tanto, los creyentes procesan la información de una manera radicalmente diferente de la manera que lo hacen los no creyentes. Es imposible tener la "mente del Señor " (1 Corintios 2:16) sin primero recibir el Espíritu de Dios.