¿Qué significa 1 Corintios capitulo 2?
Pablo comienza el capítulo 2 de 1 Corintios retomando un hilo de pensamiento que dejó atrás a mitad del capítulo 1. Allí, escribió que Cristo no lo había enviado para predicar el evangelio en Corinto con palabras sabias y elocuentes. De hecho, si lo compartiera de esa manera, se correría el riesgo de vaciar la cruz de Cristo de su poder.Volviendo a esa idea, Pablo les recuerda a los cristianos de Corinto de qué manera se había comportado cuando llegó por primera vez a Corinto y comenzó a predicarles el evangelio. Debían recordar que no hizo una presentación impresionante o llamativa de ningún modo, ni tampoco los asombró con grandes palabras o argumentos ingeniosos o su vasto conocimiento. Decidió decirles de antemano únicamente lo que sabía sobre Cristo y la crucifixión. De hecho, Pablo les recuerda que mientras estaba allí, tuvo miedo y se sentía débil. En realidad, no sabemos si estaba enfermo o especialmente nervioso, o si Pablo generalmente no era una persona que llamara mucho la atención. En cualquier caso, Pablo dice que fue para el beneficio de ellos. Pablo no quería que nadie llegara a la fe en Cristo por la forma en que presentara el mensaje. En cambio, los corintios creyeron porque Dios les demostró Su propio Espíritu y poder (1 Corintios 2:1–5).
En realidad, la sabiduría no es algo malo, dice Pablo. Otros escritos del Nuevo Testamento exaltan el valor del intelecto y el conocimiento (Hechos 17:11; Colosenses 2:8; 1 Pedro 3:15). Es importante destacar que existe una diferencia entre la sabiduría humana y la sabiduría secreta y escondida de Dios. La sabiduría de Dios incluye Su plan, el cual fue establecido antes de que se formara el mundo, para ofrecerles la salvación a las personas que creen en la muerte de Cristo en la cruz como pago por sus pecados.
La sabiduría humana se basa en lo que se puede observar con los sentidos y elaborar con la razón humana. Esa sabiduría simplemente no puede discernir o comprender la verdad de Dios. Para creer en la sabiduría de Dios, Dios debe revelárnosla a través de Su propio Espíritu. Así como nuestro espíritu conoce nuestros pensamientos, el Espíritu de Dios conoce Sus pensamientos y nos ayuda a creer en Su revelación.
El espíritu del mundo se limita a comprender y a creer sólo en lo que se puede observar con los sentidos. Los cristianos han cambiado ese espíritu por el Espíritu de Dios, el cual reciben todas las personas que se acercan a Dios a través de la fe en Cristo. Pablo usó palabras simples alejadas de la sabiduría humana para así ayudarles a interpretar las verdades espirituales que se les revelaron a las personas que estaban buscándolas con el corazón (1 Corintios 2:6–13).
Las personas que no reciben la ayuda del Espíritu Santo de Dios son simplemente incapaces de comprender nada espiritual. Es por eso por lo que rechazan las cosas del Espíritu de Dios como si fueran meras tonterías, incluyendo la verdad de que Cristo fue crucificado por los pecados de los seres humanos. La persona espiritual, quien llega a ser espiritual solo a través de la ayuda del Espíritu Santo de Dios, puede juzgar o examinarlo todo, tanto material como espiritualmente. A través del Espíritu Santo, tenemos acceso a la mente de Cristo (1 Corintios 2:14–16).