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1 Corintios 4:3

LBLA En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por vosotros, o por cualquier tribunal humano; de hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo.
NBLA En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por ustedes o por cualquier tribunal humano. De hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo.
NVI Por mi parte, muy poco me preocupa que me juzguen ustedes o cualquier tribunal humano; es más, ni siquiera me juzgo a mí mismo.
RV1960 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.
JBS Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, o de juicio humano; y ni aun yo me juzgo.

¿Qué significa 1 Corintios 4:3?

Pablo se ha descrito a sí mismo y a otros maestros cristianos que llegaron a ministrar a los corintios como si hubieran sido administradores de los misterios que Dios les había revelado. Entre otras cosas, eran administradores del mensaje del evangelio. Pablo ha estado animando a los cristianos de Corinto a permanecer unidos a la hora de seguir a Cristo en lugar de discutir sobre a qué maestro cristiano deberían jurarle su lealtad.

El papel de un administrador, alguien a quien se le encomienda el trabajo de administrar la propiedad de su amo, es un trabajo importante. Los administradores deben ser personas fieles con una gran integridad que trabajen con excelencia y honestidad.

Pablo es consciente de que los corintios y muchas otras personas estaban juzgando la valía de Pablo, Apolos, Pedro y otros ministros para saber si estaban siéndoles fieles al evangelio y a Dios. Ahora, Pablo se encoge de hombros ante tal juicio, y dice que en realidad no le importaba.

Pablo no estaba diciendo que, debido a que era un apóstol, el juicio de los demás no le importaba, sino que él mismo nos aclarará en los siguientes versículos que los juicios de los demás no le importaban porque esas personas no eran los verdaderos jueces. El Señor será quien lo juzgará, y no sirve de mucho ponerse a especular sobre cuál será ese juicio antes de que llegue el momento.

Pablo añade que ni siquiera estaba cualificado para juzgarse a sí mismo. ¿Quién sabría mejor los motivos de Pablo mejor que el propio Pablo? Si no podía juzgarse adecuadamente a sí mismo, ¿por qué debería preocuparse por las opiniones de los demás? Eso no significa que Pablo esté afirmando ser perfecto, tal y como nos lo mostrará el siguiente versículo.
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