¿Qué significa 1 Corintios 4:6?
Pablo continúa mencionando un problema que estaba dividiendo a la iglesia de Corinto: se habían separado en facciones dependiendo de a qué maestro cristiano estaban siguiendo y a quién no. Dicho de otro modo, se habían hecho jueces de las personas que los estaban sirviendo, y estaban tratando de averiguar quién de ellos era el más fiel y eficaz a la hora de guiarlos. Por lo tanto, no solo se separaron en diferentes grupos, sino que después comenzaron a juzgarse los unos a los otros; está claro que los creyentes de Corinto creían que sus opiniones personales eran más valiosas de lo que en realidad lo eran.Pablo ha dicho durante los versículos anteriores que Dios es el único que está verdaderamente cualificado para juzgar la obra de sus siervos. Los seres humanos no pueden ver el corazón de una persona, por lo que los corintios debían dejar de juzgar a los demás de esa manera.
Pablo ahora les muestra que, para beneficio de ellos, se había aplicado su propia enseñanza a sí mismo y también se la había aplicado a Apolos. Pablo les estaba mostrando, con su ejemplo, la manera en que podían evitar pensar en sí mismos como si fuera jueces. Esto es un concepto importante: juzgar a otra persona es un acto que procede de nuestro orgullo. Nuestra arrogancia se hincha hasta tal punto en el que creemos que nuestra opinión es más válida que la de los demás. En verdad, esta división que comenzó a surgir entre los corintios se originó debido a su orgullo y egoísmo, y no ocurrió debido a que hubiera alguna diferencia significativa entre las personas que estaban ministrándolos (Romanos 14:1; Tito 3:9; Gálatas 1:8–9).
Pablo también ha dicho algo importante: debemos evitar ir más allá de lo que las Escrituras nos dicen. Esta frase forma parte de una doctrina que recibe el nombre de sola scriptura, o "únicamente las Escrituras". Los creyentes de Corinto pensaban que sus propias preferencias y opiniones eran más importantes que la Palabra escrita de Dios. Pablo les dice explícitamente que sus propios líderes, hombres como Pablo y Apolos, no se atrevían a salirse de los límites de las Escrituras y, por lo tanto, ellos tampoco deberían hacerlo.
Este concepto es fundamental a la hora de comprender la doctrina y la vida cristiana. La Biblia es la máxima autoridad, ya que es el mensaje inmutable de Dios al que todas las personas tienen acceso. Los sentimientos, las opiniones, las experiencias espirituales, los argumentos filosóficos y las tradiciones humanas no pueden ir más allá de la Palabra de Dios. Lo que no es bíblico no es verdad, y no hay nada más que decir al respecto.