¿Qué significa 1 Corintios 6:5?
Pablo estaba indignado porque la iglesia en Corinto había permitido que surgieran disputas menores entre los miembros, e incluso acudieron ante un tribunal romano secular, no espiritual (1 Corintios 2:14–15). Pablo es muy claro: los corintios deberían avergonzarse de esto. Los siguientes versículos enfatizarán el hecho de que haber acudido a un tribunal externo ya era una derrota espiritual.La pregunta que se hace aquí es directa y cortante: ¿no hay nadie en la iglesia lo suficientemente sabio como para resolver un problema tan "trivial" entre los hermanos (1 Corintios 6:2)? Esto no significa que los cristianos nunca deben tener ningún conflicto. De hecho, somos personas humanas y limitadas, por lo que es imposible estar siempre de acuerdo en todo. Lo que Pablo quiere decir es que los cristianos no deberían confiar en gente que no son cristianos para resolver problemas entre ellos, ya que la iglesia ya está para eso.
Sin embargo, resolver estas disputas requería dos cosas que los corintios no habían hecho. Lo primero era que debían ser humildes, sobre todo las personas que estaban involucradas en el conflicto, y debían estar dispuestos a someterse voluntariamente a la conclusión final a la que llegara la iglesia. En segundo lugar, las personas que están en Cristo deben ser responsables unos de otros mientras todos intentan seguir a Cristo.
Quizás Pablo estaba refiriéndose a un caso específico aquí. O bien, esto ocurría constantemente en la iglesia en Corinto. De cualquier manera, Pablo dejó claro que él había estado preocupado debido a una disputa menor que surgió entre los cristianos de Corinto (1 Corintios 6:2). Sin embargo, lo que Pablo está diciendo aquí no implica el hecho de que los cristianos nunca deban someterse a la autoridad de ningún gobierno o ninguna otra ley secular. Las Escrituras nos enseñan justamente lo contrario en Romanos 13:1. Los cristianos deben obedecer a las autoridades, porque estas vienen de Dios.
Además, la mayoría de los intérpretes no leen este pasaje y entienden que los cristianos nunca deban demandarse los unos a otros por ningún motivo. Esto se aplica especialmente para los casos más serios, como por ejemplo, cuando alguien se convierte de alguna manera en un peligro para la iglesia o para la comunidad.
En resumen, la idea que Pablo nos está describiendo es que las personas que están en Cristo deben asumir la responsabilidad mutua de resolver los conflictos que pudieran surgir entre ellos. De este modo, debemos resolver nuestros problemas demostrando la humildad necesaria como para hacerlo entre nosotros siempre que se pueda, en lugar de darle la oportunidad de hacerlo a personas a quienes no les importa ni Cristo ni Su iglesia (1 Corintios 2:14–15).