¿Qué significa 1 Corintios 7:14?
Pablo les dijo a los cristianos que estaban casados con cónyuges no creyentes que no se divorciaran de ellos si esos cónyuges estaban dispuestos a seguir casados.De acuerdo con el diseño de Dios, el matrimonio es la relación humana más íntima que existe (Génesis 2:24). ¿Entonces, por qué llegaron a pensar los corintios que para Dios era mejor que se divorciaran? Tal vez a los cristianos de Corinto les preocupaba que, al estar unidos a una persona no creyente, Dios no los consideraría más como personas puras a nivel espiritual. Sin embargo, ¿era eso cierto?
Pablo dice que no. De hecho, el cónyuge y los hijos incrédulos de un cristiano o una cristiana se santifican gracias a él o a ella. Para entender esto, debemos analizarlo cuidadosamente.
Pablo no está diciendo que el cónyuge y los hijos incrédulos de una persona hayan alcanzado la salvación eterna simplemente por el hecho de estar casados o ser hijos de un cristiano o una cristiana. Tener una fe salvadora es algo que no se puede pedir prestado, ni se puede heredar, ni tampoco se puede transferir como parte de un testamento. Las Escrituras nos enseñan claramente que las personas deben llegar a la fe en Cristo por sí mismas para recibir la gracia de Dios y el perdón de sus pecados (Mateo 10:34–36; 1 Corintios 3:13; Gálatas 6:3–5). Además, Pablo dice en el versículo 16 que un incrédulo puede salvarse mediante el testimonio de un cónyuge cristiano. Esa idea, en sí misma, prueba que el simple hecho de estar casado con un creyente no hace que el no creyente o sus hijos alcancen la salvación automáticamente.
Lo que Pablo parece estar diciendo es que Dios considera tanto al cónyuge como a los hijos incrédulos de esa persona cristiana como personas que han sido santificadas precisamente porque el esposo y la esposa son uno en el matrimonio, y uno de esos cónyuges también es uno o una con Cristo. En esta vida, en este lado de la eternidad, ya forman parte de la familia de Dios, la cual ha sido elegida y apartada para cumplir Sus propósitos.
Por lo tanto, el cónyuge no cristiano no afecta espiritualmente al cónyuge cristiano, sino que Dios bendice al cónyuge no cristiano mientras los dos permanecen casados.