¿Qué significa 1 Corintios 7:16?
Pablo concluye aquí sus enseñanzas sobre si los cristianos que estén casados con no cristianos deberían divorciarse de ellos o de ellas. Pablo lo ha dicho firmemente: no. Al mismo tiempo, los creyentes no deben oponerse al divorcio si es el cónyuge incrédulo es el que quiere irse. Sin embargo, los cristianos y las cristianas no deben ser los cónyuges quienes terminen con el matrimonio simplemente porque la otra persona aún no haya alcanzado la salvación en Cristo.Ahora, Pablo añade un toque de esperanza. Tal vez, al permanecer en un matrimonio con una persona que no crea, la esposa o el esposo podría guiar a ese cónyuge hacia la fe en Cristo. Algunos eruditos relacionan esta idea con la última frase que se compartió durante el versículo anterior: "Dios nos llamó a vivir en paz".
Tal vez, los esposos o las esposas no creyentes podrían tener la capacidad de discernir la manera en que Dios está obrando en el corazón, la mente y las acciones de su cónyuge cristiano y también sientan curiosidad para saber más sobre Cristo (1 Pedro 3:1–2). También puede ser que Dios les haya otorgado esa misma paz a los cónyuges no creyentes, pero ellos y ellas aún no crean en Él.
Es importante darse cuenta de que Pablo no está prometiendo que el cónyuge incrédulo alcanzará la salvación pase lo que pase, sino que Pablo desea que los cónyuges cristianos estén abiertos a que Dios los use para que, a través de ellos y ellas, sus cónyuges puedan recibir la gracia de Dios y la salvación a través de Cristo.