¿Qué significa 1 Corintios 7:3?
Pablo ha rechazado una idea que tal vez algunos cristianos corintios defendían: incluso los cristianos que estuvieran casados no debían tener relaciones sexuales entre sí. La declaración que se hizo durante el versículo 1 de este capítulo parece ser una cita de la gente de Corinto tal y como la planteó Pablo: "lo mejor para hombres y mujeres sería no tener relaciones sexuales".En cambio, las Escrituras afirman exactamente lo contrario. Las personas que estén casadas deben tener relaciones sexuales con sus cónyuges debido a la continua tentación que existe a la hora de participar en todo tipo de inmoralidad sexual.
Pablo lo dice directamente aquí: "el marido debe cumplir el deber conyugal con su esposa, lo mismo que la mujer con su esposo". Tal y como se enfatiza en el versículo 4, el matrimonio cristiano debe entenderse como una entrega mutua de uno mismo para satisfacer las necesidades de la otra persona. La enseñanza de Pablo aquí nos muestra que Dios tiene la intención de que esta "entrega" incluya el hecho de satisfacer las necesidades sexuales del cónyuge.
Es importante tener en cuenta algunas cosas. Primero, cuando un matrimonio funciona correctamente, ese matrimonio se define por el amor abnegado que se nos describe en 1 Corintios 13:4–7. Lo que se nos dice en este mandamiento es que debemos actuar con amor con el fin de satisfacer las necesidades sexuales del esposo o de la esposa. Aunque Pablo no habla de eso aquí, quizás dentro de estos "derechos conyugales" también se entiende el hecho de que hay un posibilidad de decir "no" teniendo en cuenta el tipo de amor que procede de Corintios 13:4–7.
En segundo lugar, Pablo evita ser específico. De hecho, las Escrituras no nos proporcionan una lista o una descripción sobre cómo se deben honrar los derechos maritales de un cónyuge. Esta enseñanza simplemente se centra en prohibir que uno de los cónyuges se niegue a tener relaciones sexuales de forma regular. El amor cristiano debe ser el motivo de todas las cosas. Por lo tanto, un cónyuge no debe ni negarse a tener relaciones sexuales continuamente ni tratar de forzar a la otra persona a tener relaciones sexuales con él o con ella.
Finalmente, Pablo no hace ninguna distinción entre hombres y mujeres, algo que contrasta fuertemente con su cultura. Por lo tanto, se entiende que ambos sexos se enfrentan a la misma tentación sexual. Ambos están obligados a honrar los derechos del otro. Aunque la declaración en el versículo 1, la cual aparentemente fue planteada por los corintios, se enfoca solo en los hombres, Pablo deja perfectamente claro en su respuesta que tanto el esposo como la esposa tienen derechos sexuales y que tanto el esposo como la esposa deben someterse el uno al otro en esta área del matrimonio. Para enfatizarlo una vez más, el amor cristiano debe ser el motivo de todas las cosas.