¿Qué significa 1 Corintios 8:7?
En una carta anterior que los creyentes de Corinto le habían enviado a Pablo (1 Corintios 7:1), parecieron haber rechazado lo que Pablo les había enseñado sobre el hecho de evitar comer alimentos que supieran que se les hubiera ofrecido a los ídolos (1 Corintios 8:1). Pablo estaba de acuerdo en que los dioses y los ídolos de la cultura corintia en realidad no existían (1 Corintios 8:4–5). Pablo sabía que los Corintios creían que solo había un Dios.Sin embargo, el problema era que no todos los cristianos corintios poseían este conocimiento, aunque fuera cierto. Por extraño que nos pueda parecer a los que leemos esto en la actualidad, el politeísmo era muy común en el mundo antiguo, y de hecho estaba por todas partes. Muchas de las personas que se convertían al cristianismo adoraban a los ídolos antes de seguir Cristo. Pablo parece estar dándoles a entender que a los nuevos creyentes les costaba aceptar el hecho de que todos esos ídolos fueran en realidad falsos. Por tanto, cuando se les ofrecía comida que se les había ofrecido a esos ídolos, muchos de ellos y ellas pensaban que estaban cometiendo un pecado porque estaban transgrediendo su propia conciencia.
Luego, Pablo hace un comentario que debe entenderse con cuidado debido a lo que implica. Pablo dice que las personas que tienen problemas de conciencia al comer comida que se les haya ofrecido a los ídolos tenían una conciencia "débil". Teniendo en cuenta todo lo que había dicho anteriormente, Pablo parece estar diciendo que comerse esa carne, en sí mismo, no era pecado, ya que esos ídolos no eran reales, y la comida era solo comida (1 Timoteo 4:4). Esta es una idea clave para poder entender este pasaje: no había un pecado inherente en el acto en cuestión. Por lo tanto, todas las personas que sufrían debido a esto, en principio, podían superarlo.
Sin embargo, los cristianos deben ir más allá de eso. Pablo no está condenando a las personas que tienen una conciencia "débil" por el hecho de no reconocer que estaba bien que los cristianos comieran alimentos que se les hubiera ofrecido a los ídolos, sino que el hecho de actuar en contra de su conciencia es lo que verdaderamente los podría destruir. Aquí, tal y como lo hizo con los Romanos, Pablo dice que cuando actuamos en contra de nuestra conciencia, en realidad estamos pecando (Romanos 14:23).
Esto es importantísimo en la vida de los cristianos. De hecho, no hay muchas prohibiciones para los cristianos, pero, al mismo tiempo, todas las cosas deben mirarse desde la perspectiva del Espíritu Santo y la relación de sumisión y obediencia que sentimos hacia Él. A veces, la actitud es lo que hace que algo sea un pecado, no el acto en sí.