¿Qué significa 1 Corintios 9:20?
Pablo escribió en el versículo anterior que se había hecho esclavo de todas las personas con la esperanza de ganarse a más de ellas por causa del evangelio y la fe en Cristo. Ahora empieza a describir qué es lo que hacía para someterse a la autoridad de los demás.Como predicador de Cristo, Pablo se comportaba como un judío con los judíos, uno que seguía la ley de Moisés, para que de esa manera pudiera ganarse a los judíos que se sometían a la ley religiosa judía. Pablo era judío y había vivido gran parte de su vida como un "hebreo de hebreos" bajo la ley (Filipenses 3:5). Después de llegar a la fe en Cristo, fue liberado del sometimiento que le debía a la ley (Romanos 10:4) y comenzó a predicar que eso mismos se le podía aplicar a todos los que recibían el don de la gracia de Dios en Cristo. Debido a eso, los líderes religiosos judíos quisieron matarlo en varias ocasiones.
Algunos podrían estar preguntándose: ¿qué quería decir Pablo cuando dijo que se hizo judío y que se sometía a la ley para ganarse a otras con el fin de que aceptaran a Cristo? Esto no significa que Pablo pensara que fuera necesario seguir la ley para alcanzar la salvación, ni tampoco significa que "pretendía ser más judío de lo que era" cuando pasaba tiempo con personas judías.
Lo que esto quiere decir es que Pablo continuó adorando a Dios en las sinagogas judías en las que también predicaba a Cristo (Hechos 17:2–3). Continuó sometiéndose voluntariamente a algunas de las costumbres y tradiciones judías, incluido el cumplimiento del voto nazareo (Hechos 21:23–26), e incluso fue castigado por los líderes judíos por haber predicado a Cristo (2 Corintios 11:24). Todo esto lo hizo sin alterar el mensaje del evangelio de que la fe en Cristo es la única manera que hay de ser justificados ante Dios.
Pablo podría haber optado por no participar en el sistema religioso judío, ya que, en Cristo, ya había alcanzado la libertad. En cambio, eligió seguir involucrándose, pero sin comprometer nunca el mensaje de Jesús, con la esperanza de que algunos seguidores de la ley judía pudieran acabar teniendo fe en Cristo. Con el objetivo de poner la menor cantidad posible de barreras entre las personas y Cristo, Pablo estaba dispuesto incluso a sacrificar sus propios "derechos" y libertades por el bien de los demás.