Visión general de 1 Pedro
Tipo de Libro: Una de las Epístolas Generales del Nuevo Testamento; el vigésimo primer libro del Nuevo Testamento; el libro número sesenta de la Biblia.
Autor: Simón Pedro, conocido como el líder entre los doce apóstoles. Aunque negó a Jesús tres veces la noche en que fue traicionado, Jesús restauró a Pedro y lo convirtió en el líder del grupo. Pedro fue el orador principal en Pentecostés (Hechos 2), sufrió por su fe y huyó de Jerusalén después de escaparse milagrosamente de Herodes alrededor del año 42 d.C. (Hechos 12). Poco se sabe de su ministerio después de ese tiempo, aunque sí que estuvo en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15) y en Antioquía con Pablo (Gálatas 2:11–14). Pedro probablemente ministró entre las áreas que se mencionan en el primer versículo. La tradición nos dice que Pedro murió como mártir bajo el mandato de Nerón en Roma alrededor del año 65 d.C.
Audiencia: Las epístolas generales también se conocen como "epístolas católicas", lo que significa que están escritas para una audiencia general, en lugar de haber sido escritas para una persona o iglesia específica. Pedro se escribió para los "que se hallan expatriados y dispersos en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia" (1 Pedro 1:1). Estas personas seguramente eran tanto gentiles como judíos, aunque el ministerio de Pedro se centró en convertir principalmente a los judíos. Pedro seguramente llegó a visitar algunos de estos lugares y les escribió cartas a los creyentes que vivían allí para animarlos, ya que muchos de ellos estaban siendo perseguidos.
Fecha: La tradición nos enseña que Pedro ministró en Roma durante los años 60 d.C. Además, el tema del sufrimiento es bastante notable durante la carta, lo que indica que esta carta pudo haber sido escrita desde Roma mientras Pedro estaba siendo perseguido por Nerón en el año 64 o 65 d.C. Dado que Pedro murió durante esta persecución alrededor del año 65 d.C., esta carta se escribió probablemente alrededor de esa época.
Resumen: Los cinco capítulos del libro abordan tres temas principales. La primera sección se centra en la salvación (1 Pedro 1:1—2:11). Dios salva y guarda a los creyentes a través de Su poder (1 Pedro 1:3–5). Dios está con nosotros a pesar de la persecución que los profetas del pasado ya predijeron (1 Pedro 1:6–12). Por tanto, los creyentes deben perseverar en la esperanza (1 Pedro 1:13–21) a través del amor y el poder de Cristo (1 Pedro 1:22—2:10).
La segunda sección trata sobre cómo vivir como cristianos en frente de los demás (1 Pedro 2:11—4:6): los incrédulos, las autoridades gobernantes (1 Pedro 2:11–17), aquellos a los que servimos (1 Pedro 2:18–25) y miembros de nuestra familia (1 Pedro 3:1–7). Los creyentes también deben tratarse bien los unos a los otros (1 Pedro 3:8–12). El sufrimiento les presenta muchas dificultades a los creyentes, pero aquellos que siguen a Jesús deben enfrentarse a él con fuerza y esperanza (1 Pedro 3:13—4:6).
La tercera sección analiza el futuro y la manera en que los cristianos están llamados a vivir de acuerdo con lo que va a pasar (1 Pedro 4:7—5:11). Dado que Jesús podría regresar en cualquier momento, los creyentes deben vivir siendo responsables, no dejarse sorprender por las pruebas: "encomienden su alma al fiel Creador, y hagan el bien" (1 Pedro 4:7-19). También se habla específicamente de los líderes (1 Pedro 5:1–4). Pedro concluye la carta animando a los lectores a ser humildes, les recuerda que Dios siempre está cuidándolos, y los anima también a ser cautos en contra de las artimañas de Satanás y a permanecer firmes en la fe (1 Pedro 5:5–9). Pedro también les recuerda a los creyentes que en el futuro Dios los afirmará, fortalecerá y establecerá después de un breve sufrimiento, (1 Pedro 5:10–11) y termina con algunos saludos finales (1 Pedro 5:12–14).
Versículos clave (RVC)
1 Pedro 1:3: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
1 Pedro 2:9: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
1 Pedro 2:24: quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Pedro 5:8–9: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.