Visión general de 1 Tesalonicenses
Tipo de libro: La octava epístola paulina del Nuevo Testamento; el libro número trece del Nuevo Testamento; el libro número cincuenta y dos de la Biblia.
Autor: Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo, quienes son nombrados específicamente en 1 Tesalonicenses 1:1.
Audiencia: Pablo escribió esta carta para la iglesia que fundó en la ciudad de Tesalónica durante su segundo viaje misionero (Hechos 17:1–9). Aunque vivió entre estas personas por poco tiempo, Pablo les muestra mucho cariño durante su primera y su segunda carta. Los tesalonicenses probablemente se estaban enfrentando a una persecución severa y le enviaban muchas preguntas a Pablo, las cuales él mismo aborda a lo largo de la carta.
Fecha: Escrita aproximadamente en el 51 d.C.
Resumen: 1 de Tesalonicenses consta de cinco capítulos que abarcan dos secciones principales. La primera sección aborda los pensamientos personales de Pablo con respecto a la iglesia. Pablo expresa su agradecimiento por la forma en que los tesalonicenses están viviendo sus vidas (1 Tesalonicenses 1:2–10), y dice que son un ejemplo a seguir para el resto de las iglesias que se habían fundado hasta ese momento. El capítulo 2 comparte algunos de los momentos que Pablo había experimentado durante sus viajes y su ministerio (1 Tesalonicenses 2:1–16). Pablo concluye el capítulo con el anhelo de volver a verlos para que pudieran alegrarlo (1 Tesalonicenses 2:17–20). Aunque Pablo está preocupado por el estado de la iglesia (1 Tesalonicenses 3:1–5), Timoteo había regresado recientemente con buenas noticias acerca de su fe y su amor (1 Tesalonicenses 3:6). Pablo se lo agradece a Dios (1 Tesalonicenses 3:9) y termina la sección con una oración por los creyentes que recibieron su carta (1 Tesalonicenses 3:11–13).
La segunda sección principal cubre el resto del libro y aborda varios asuntos prácticos (1 Tesalonicenses 4—5). Primero, Pablo los insta a vivir vidas que le agraden al Señor (1 Tesalonicenses 4:1). También aborda sus preocupaciones sobre la venida del Señor, señalando que los muertos en Cristo resucitarán primero durante el arrebatamiento, seguidos por los creyentes que aún estén vivos. Entonces, todos los creyentes se encontrarán con el Señor en el aire y estarán con él para siempre, algo a lo que Pablo considera como una fuente de aliento y ánimo (1 Tesalonicenses 4:13–18).
Luego, el capítulo 5 aborda el tema del "día del Señor", un día que vendrá repentinamente y pillará por sorpresa a todos los que no estén preparados (1 Tesalonicenses 5: 1–11). Pablo concluye con instrucciones acerca de cómo respetar a sus líderes (1 Tesalonicenses 5:12–13), corregir a los ociosos (1 Tesalonicenses 5:14) y varias otras instrucciones acerca de la vida cristiana (1 Tesalonicenses 5:15–22), y concluye con una última bendición e instrucciones sobre saludarse los unos a los otros y les pide que esta carta se compartiera y se leyera lo máximo posible (1 Tesalonicenses 5:23–28).
Versículos clave (RVC)
1 Tesalonicenses 3:5: Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.
1 Tesalonicenses 3:7: por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; 8 porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.
1 Tesalonicenses 4:14–17: Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tesalonicenses 5:16–18: Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:8–9: Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.