¿Qué significa 2 Corintios 1:3?
Pablo a menudo comienza sus cartas dándole gracias a Dios por las personas a las que les está escribiendo, así como orando por ellos de alguna manera. Sin embargo, esta carta es diferente. Aquí, Pablo comienza centrándose en el consuelo que Dios les ofrece a las personas que están sufriendo. Tal y como se nos revelará en algunos de los versículos posteriores, Pablo había pasado recientemente por un evento increíblemente traumático en su vida. En lugar de orar por sus lectores, les pedirá que oren por él.Sin embargo, Pablo comienza ofreciéndole una alabanza al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Pablo a menudo centra sus oraciones en Dios el Padre, algo que solo es posible a través de la fe personal en Cristo, el Hijo, quien es nuestro Señor (Juan 14:6). Pablo llama a Dios usando varios nombres: el Padre de todas las misericordias y el Dios de toda consolación.
Debido a que Dios es el juez de todas las personas, también es la fuente de toda misericordia. En lugar de ejecutar Su juicio sobre todos nosotros, Dios nos ha ofrecido Su misericordia a las personas que nos acercamos a Él a través de la fe en Cristo (Juan 3:16–18). Pablo entiende que, en medio de nuestro sufrimiento y aflicción, los creyentes debemos recordar que Dios nos ha ofrecido misericordia y lo seguirá haciendo.
Dios es también el Dios de toda consolación. Los cristianos no huyen de Dios para buscar alivio a su dolor, sino que corren hacia Él porque Él es una fuente infinita de consuelo. El consuelo de Dios es uno de los temas principales de 2 Corintios. Una forma de la palabras para comunicar la idea del "consuelo" en griego, paraklesis, aparece 29 veces en esta carta. Esta palabra nos describe algo más que un alivio momentáneo del dolor, sino que implica ánimo y fortalecimiento. El consuelo de Dios nos permite dejar de luchar con nuestras propias fuerzas contra el sufrimiento y la aflicción y descansar, además de hacernos fuertes gracias a Su fuerza.