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2 Corintios 10:12

LBLA Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos ; pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento.
NBLA Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos. Pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento.
NVI No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen.
RV1960 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
JBS Porque no osamos entremeternos o compararnos con algunos que se encomiendan a sí mismos; mas no entienden que ellos, consigo mismos se miden, y a sí mismos se comparan.

¿Qué significa 2 Corintios 10:12?

Pablo está respondiendo a las acusaciones que había recibido acerca de su autoridad como apóstol, las cuales vinieron de una serie de falsos maestros que surgieron de entre los corintios. Una de las acusaciones que le hicieron fue que, aunque las cartas de Pablo eran muy serias y directas, al mismo tiempo no les impresionaba nada cuando estaba en persona frente a ellos. En otras palabras, los corintios no debían preocuparse por las cartas de Pablo, porque creían que Pablo no sería capaz de hacer las cosas que dijo que haría cuando finalmente estuviera con ellos.

Pablo dice que él y sus amigos, de hecho, estaban dispuestos a hacer todo lo que escribieron en sus cartas, sin importar lo que ellos pensaran o dejaran de pensar sobre él.

Ahora, Pablo aclara, de una manera un poco sarcástica, que él no estaba compitiendo con la gente de Corinto. Pablo no formaba parte de ninguna batalla cultural en la que tuviera demostrar que él también tenía la capacidad de adquirir una imagen pública conforme a lo que se esperaba de las figuras públicas en esa época. De hecho, Pablo describe a sus acusadores como si fueran personas incomprensivas e imprudentes, tal y como lo demostraba la necesidad que tenían a la hora de tener que medirse entre sí. Pablo, por su parte, no tenía tiempo para juegos, y no necesitaba ganar ningún tipo de competencia cultural para demostrar que verdaderamente estaba representando a Cristo ante los corintios.
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