¿Qué significa 2 Corintios 10:5?
En este pasaje, Pablo está respondiéndoles a algunos miembros de la iglesia de Corinto que estaban diciendo que las cartas de Pablo eran muy duras, pero en persona era muy débil, lo cual era evidencia de su hipocresía y de su falta de valentía. Parece que estas personas tenían el objetivo de socavar la autoridad que Pablo tenía como apóstol, y quizás se estaban oponiendo al derecho que Pablo tenía a la hora de reprender o corregir a las personas de Corinto en lo que respecta a asuntos que hicieran referencia al conocimiento de Dios y a la práctica de la fe cristiana.Pablo se toma este desafío muy en serio. De hecho, se veía a sí mismo como si estuviera en guerra en contra de esos falsos maestros. Pablo ha dicho que no luchaba con armas físicas sino con armas espirituales. Estas herramientas, tales como la oración y las Escrituras, venían impulsadas por el poder Dios. Gracias a estas herramientas de Dios, Pablo y sus compañeros de trabajo podían destruir las fortalezas que surgieron en contra del verdadero evangelio de Jesús. En el versículo anterior se hizo referencia a las fortalezas militares y a los debates, combinando diferentes ideas para comunicar una idea final contundente.
El campo de batalla en cuestión no era una zona terrenal, sino los corazones y las mentes de la gente de Corinto. En el poder de Dios, Pablo y sus colaboradores por Cristo tenían la capacidad de destruir todos los argumentos y opiniones que sus oponentes presentaron en contra del conocimiento de Dios. Usando herramientas que se basaban en el poder de Dios, Pablo y sus asociados destruyeron todos esos argumentos débiles, se centraron en captar todos los pensamientos de la gente y los impulsaron para que los sometieran a Cristo a través de su obediencia.
Al presentar este conflicto como si se tratara de una guerra espiritual en la que las mentes de todos los corintos estaban en juego, Pablo nos revela una verdad esencial. Las enseñanzas falsas nos llevan a hacer conclusiones erróneas, lo cual a su vez nos conduce a desobedecer a Cristo. Por tanto, entender el verdadero conocimiento de Dios nos hace pensar correctamente, lo cual sí que nos conduce a obedecer a Cristo. Pablo decidió enfrentarse a los falsos argumentos que sus oponentes estaban presentando en su contra para que el pueblo de Dios finalmente acabara obedeciendo y centrándose en Cristo. Pablo no estaba luchando para alcanzar su propia gloria o alcanzar la victoria, sino que lo hacía para que todos los corintios acabaran obedeciendo a Cristo.