¿Qué significa 2 Corintios 12:12?
Algunos falsos maestros, quienes decían ser apóstoles también, estaban atacando la autoridad de Pablo en la iglesia de Corinto. Los críticos habían cuestionado si era un verdadero apóstol o no, y estaban tratando de engañar a los corintios para alejarlos de la devoción a Cristo, tentándolos para así creer en un evangelio falso. Parte de estos ataques se hicieron con el objetivo de menospreciar la actitud y la apariencia de Pablo que, por lo visto, no era nada especial (2 Corintios 10:10). Pablo les respondió imitando sarcásticamente su vanagloria, pero finalmente comenzó a compartir todos los sufrimientos que había experimentado por causa de Cristo (2 Corintios 11:21, 30).Pablo escribió que los corintios deberían haberlo defendido frente a esos falsos apóstoles (2 Corintios 12:11). Ellos lo conocían bien porque vivió entre ellos y llevó a muchos de ellos a la fe en Cristo. Pablo suena como si estuviera dolido y desconcertado por el hecho de que los corintios pensaran que él era inferior a las personas a las que él sarcásticamente consideraba como "grandes apóstoles".
Después de todo, escribe ahora, los corintios también presenciaron señales, prodigios y los milagros que Dios realizó a través de él gracias al poder del Espíritu Santo, lo cual era una señal de que esa persona era un apóstol real. Las señales, los prodigios y los milagros eran sucesos sobrenaturales que servían para mostrar evidencia de que el poder de Dios estaba obrando a través de Sus mensajeros, y esto ocurrió mucho entre los seguidores de Jesús durante los primeros años del nacimiento de la iglesia (Hechos 2:43; Hebreos 2:4). Las señales y los prodigios específicos que se realizaron en Corinto no se registran en el Nuevo Testamento, pero sí sabemos que eran una parte rutinaria del ministerio de Pablo.
Pablo dice que tales señales se realizaron entre ellos con "paciencia". Con esto, Pablo está diciéndoles nuevamente que él había sido muy paciente con todos ellos. Dios mostró Su poder a través de Pablo en muchas ocasiones, y Pablo no se podía creer que los corintios se hubieran olvidado de algo así tan rápido.