¿Qué significa 2 Corintios 13:5?
Este versículo nos da una buena perspectiva sobre este asunto a todos los cristianos: debemos pensar críticamente sobre nuestras propias vidas y caminar con Cristo. En este pasaje, Pablo dijo que los corintios estaban buscando pruebas para ver si Cristo verdaderamente estaba hablando a través de Pablo (2 Corintios 13:3). Ahora, Pablo les indica que, en cambio, se examinaran a sí mismos. ¿Estaban verdaderamente en la fe? La fe bíblica no solo trae consigo un tipo de escepticismo cauteloso entre sus adherentes (Hechos 17:11; 1 Juan 4:1), sino que también provoca que todos seamos honestos y cuidadosos a la hora de examinar nuestras propias vidas (1 Corintios 13:10; Hebreos 4:13). Por lo tanto, Pablo no dice que dudemos (Efesios 3:14–19), sino que seamos honestos (Gálatas 6:4–5).Dado que esta carta fue escrita para una grupo de personas bastante grande, pero particularmente para una iglesia específica, posiblemente aquí se esté tratando el tema de la salvación también. Cuando nos examinamos a nosotros mismos espiritualmente, nos damos cuenta de si somos seguidores de Jesús o no. Por esto, Pablo dice que los cristianos debemos examinar nuestra fe y los cambios que nuestra fe está trayendo a nuestras vidas, para ver si nuestra conducta concuerda con lo que es verdad. ¿Seguimos a Dios hasta el punto de desear que se cumpla Su voluntad más que la nuestra?
En resumen, Pablo les está pidiendo que examinen si Cristo estaba verdaderamente en ellos. ¿Creían los corintios en las mismas cosas que Pablo les enseñó sobre Jesús la primera vez que estuvo con ellos? ¿O comenzaron a poner su fe en otras ideas o personas?
Pablo asume que los corintios responderían a todo esto de una manera positiva. Pablo creía que la presencia de Cristo los motivaría a evitar el pecado. También, cuando los corintios se diera cuentan de que Cristo estaba con ellos, se darían cuenta de que Cristo también estaba con Pablo (2 Corintios 13:6). De hecho, fue Pablo es quien les presentó a Cristo por primera vez. Por lo tanto, si rechazaran la autoridad de Pablo como apóstol de Cristo, también tendrían que rechazar su propia fe.