¿Qué significa 2 Corintios 13:7?
Pablo les ha hecho una advertencia muy seria a los corintios: cuando llegara a visitarlos, si hubiera alguien que no se hubiera arrepentido de sus pecados, Pablo disciplinaría a esa persona con toda la autoridad de Cristo (2 Corintios 13:2). Después de eso, Pablo los animó a que se examinaran a sí mismos para ver si estaban bien arraigados en la fe (2 Corintios 13:5). Para ello, tenían que examinar sus propias creencias y conducta para saber si estaban siguiendo verdaderamente a Cristo.Si descubrieran que, de hecho, creían en el Cristo verdadero, tal y como Pablo esperaba que lo hiciesen, eso también significaría que Pablo habría pasado la prueba y en realidad sería un verdadero apóstol de Cristo. Después de todo, ¿cómo podrían los corintios llegar a la verdadera fe en Cristo si el que los llevó hacia la fe en Cristo fuera un apóstol falso, tal y como lo estaban diciendo las personas que criticaron a Pablo?
Otra cosa que se podría estar implicando aquí es que, si los corintios continuaran pecando sin arrepentimiento, eso provocaría que se avergonzaran de ellos mismos. De hecho, a las personas de afuera les parecería que Pablo nunca les habló a los corintios del verdadero Cristo. Entonces, Pablo añade que él no estaba preocupado de que la gente de afuera lo respetara. La apariencia externa no demuestra si la verdadera fe se ha interiorizado. De hecho, Pablo estaría dispuesto a que las apariencias externas lo hicieran parecer un fracaso, siempre y cuando la realidad fuera que su trabajo continuara llevando a más y más personas hacia la fe en Cristo. Lo que él quería sobre todo es que los corintios hicieran lo correcto y, de esa manera, darían evidencia de que su fe en Cristo era real.
Pablo deseaba que Jesús realmente estuviera con ellos. Si se arrepintieran del pecado y continuaran haciendo todo lo posible para seguir a Cristo, eso sería evidencia de que su fe estaba a salvo. Sin embargo, Pablo no está diciendo que si abandonaran el pecado eso sería lo que los salvaría, ya que la fe en Cristo es lo único que puede hacer eso (Efesios 2:8–9).