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2 Corintios 4:6

LBLA Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.
NBLA Pues Dios, que dijo: “De las tinieblas resplandecerá la luz,” es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo.
NVI Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.
RV1960 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
JBS Porque el Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la claridad de Dios en la faz del Cristo Jesús.

¿Qué significa 2 Corintios 4:6?

Pablo se ha estado defendiendo de las acusaciones que algunos corintios habían hecho acerca de su integridad como apóstol y su persona. Para contrarrestar estos argumentos, Pablo se ha centrado en enfatizarles la única misión que tenía que cumplir: expandir el verdadero evangelio de Jesús y proclamar que Cristo es el Señor. Pablo insiste en que él y sus amigos se veían a sí mismos como meros siervos de los corintios por causa de Cristo. Durante la primera carta que le enviaron a esta iglesia, Pablo dijo que no estaba interesado en recibir ningún tipo de fama o ganancia personal (1 Corintios 1:10–17; 9:12–16).

La declaración que aparece en este versículo no solo resume el mensaje que predicaba Pablo, sino que también expresa el evangelio en términos universales. Las palabras que Pablo usa aquí las eligió cuidadosamente y con vistas a que los corintios las leyeran y las entendieran de una manera específica. Pablo cita a Dios diciendo: "que de las tinieblas surja la luz". Solo la luz del evangelio tiene la capacidad de penetrar en la oscuridad de la incredulidad en Jesús. De hecho, esa fue la experiencia que Pablo había tenido cuando se encontraba de camino a Damasco cuando vio una "luz del cielo" literal que comenzó a brillar a su alrededor y la voz del Señor le habló a través de ella. Fue entonces cuando Dios hizo brillar su luz en el corazón de Pablo, y fue esa luz la que Pablo le mostró a todas las personas que escucharían el evangelio de la salvación del pecado por medio de la fe en Jesús.

Pablo dice que el evangelio es "el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo". En el capítulo anterior, Pablo habló sobre la gloria de Dios que se reflejó en el rostro de Moisés. Esa gloria comenzó a desvanecerse tan pronto como Moisés se alejó de la presencia del Señor. Sin embargo, la gloria que brilla en el rostro de Cristo nunca se desvanece. Cristo es la fuente de esa luz. Al ver Su gloria, compartimos la gloria de Dios eternamente. El símbolo de la "luz" es un tema muy común en la Biblia. Muchos pensadores hebreos usaron el concepto de la luz para representar las cosas que eran buenas y valiosa. El símbolo de la luz se utiliza como una analogía del conocimiento y una guía, ya que el pueblo de Israel había recibido una revelación directa de Dios (Éxodo 20:1–20).

Muchas cultura usan elementos como la luz para expresar sus ideas más profundas; es como una idea que resume lo que la cultura realmente valora. Estados Unidos, por ejemplo, tiende a usar el concepto de la "libertad" de esta manera. En la era de Pablo, los hebreos valoraban la "luz". Los griegos valoraban el "conocimiento" a través de la filosofía. La cultura romana apreciaba la "gloria", y se convirtió en el imperio que conquistó el mundo. La declaración de Pablo aquí incorpora todo esto: luz, conocimiento y gloria. En cierto sentido, esto implica que Cristo es el máximo cumplimiento de todo lo que podemos desear en la vida. Cristo es "la" Verdad que todos buscamos, incluso aunque nosotros estemos también cegados debido a nuestros pecados.

Pablo también añade un detalle que es crucial para el evangelio: la idea de que Dios le ha ofrecido a la humanidad una persona, en lugar de una idea, para convertirse en nuestra salvación. La luz, el conocimiento y la gloria se reflejan "en el rostro" de Cristo. En lugar de que Dios les diera un trabajo o una misión, Dios quiso desde el principio que buscáramos tener una relación con Su Hijo.
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¿Qué es el evangelio?
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