¿Qué significa 2 Corintios capitulo 6?
Pablo está escribiéndoles a personas que le importaban mucho. De hecho, Pablo ayudó a establecer la iglesia en Corinto y ayudó a que muchas persona pusieran su fe en Cristo. Pablo parece estar preocupado porque algunos de los que habían oído el mensaje del evangelio que él mismo les había compartido no habían llegado a comprender plenamente el mensaje del evangelio, quizás debido a que todavía estaban relacionados con la adoración de ídolos de algún modo, o quizás debido a que los falsos maestros que surgieron en Corinto distorsionaron el evangelio de Jesús y acusaron a Pablo de ser un apóstol falso.Pablo les pide a los corintios en este capítulo que no le quiten importancia a la gracia Dios, porque el día de la salvación había llegado. Ese "día", sin embargo, no iba a durar para siempre, porque Cristo regresará un día y, entonces, la oportunidad de recibir la gracia de Dios llegará a su fin (2 Corintios 6:1–2).
Pablo dice tanto él como sus colaboradores siempre hicieron todo lo que pudieron para actuar con integridad y guiar a las personas hacia Cristo. Pablo les dice a los corintios que recuerden su ministerio, y les ofrece una serie de razones para defenderlo frente a las personas que estaban diciendo que Pablo era un apóstol o que estaba desarrollando su ministerio por razones egoístas (2 Corintios 6:3).
Entre esas razones, Pablo enfatiza una vez más los sufrimientos por los que estaban pasando: palizas, encarcelamientos, ataques de diferentes grupos de personas, trabajo continuo sin descanso, noches de insomnio y momentos en los que pasaron mucha hambre. Sin embargo, Pablo y sus colaboradores continuaron confiando en Cristo, y el poder de Dios siguió mostrándose a través de ellos. Dios siguió cumpliendo la misión que quiso que todos ellos cumplieran a pesar de todo el dolor y el sufrimiento que tuvieron que experimentar. Pablo lo dice claramente: sus sacrificios estaban sirviendo para enriquecer a muchas personas con las verdades de la vida eterna. Pablo y sus colaboradores estaban muy contentos de que Dios les estuviera permitiendo hacer todo esto (2 Corintios 6:4–10).
En otras palabras, Pablo les dice a los corintios que ellos siempre actuaron con integridad. Pablo y sus amigos tenían el corazón abierto hacia todos los corintios, y por eso les piden que ellos le abran el corazón, tal y como los hijos les abren sus corazones a sus padres (2 Corintios 6:11–13).
A continuación, Pablo les ordena claramente que no formen parte de "de un yugo desigual" con los incrédulos, que no formen parte de un mismo propósito, quizás refiriéndose con eso al tipo de contratos que pueden crear un vínculo formal entre las personas que deciden firmarlo, como por ejemplo el matrimonio, una empresa, etc. Al mismo tiempo, eso no quiere decir que los creyentes no pueden asociarse de ninguna manera con los incrédulos (1 Corintios 5:10), sino que no deben vincularse formalmente a ellos de modo que al final se vean obligados a formar parte de actividades paganas tales como la adoración de ídolos.
Después, Pablo comienza a hacerles una serie de preguntas retóricas a los corintios. La luz y la oscuridad no pueden coexistir. Cristo y Satanás no pueden trabajar juntos. Todo el mundo sabe lo terrible que sería si los judíos adoraran a un ídolo dentro del templo judío. Los cristianos son ahora el templo de Dios, dice Pablo, porque el Espíritu Santo vive en ellos. Por lo tanto, estos templos nunca deberían usarse para hacer cosas que se opongan a Dios.
Después, Pablo hace referencia a varios pasajes del Antiguo Testamento para ilustrar que todo lo que estaba diciendo se le puede aplicar al pacto que Dios hizo con Israel y al nuevo pacto que Dios ha hecho con las personas que se acercan a Él a través de la fe en Cristo. Debido a que Dios vive en ellos, los cristianos deben separarse de todo lo que no le agrade a Dios. Dios es el Padre de todos los creyentes (2 Corintios 6:14–18).