¿Qué significa 2 Corintios 7:1?
Pablo comienza hablando sobre las "promesas" que poseen las personas que están en Cristo. Pablo acaba de citar algunos pasajes de las Escrituras del Antiguo Testamento que conectan las promesas que Dios les hizo a los israelitas con la idea de que tenían que ser obedientes al separarse de las naciones impías y las cosas inmundas. Algunas de las promesas que Dios le hizo a Israel dependían de la disposición y la capacidad que los israelitas tenían para obedecer a Dios de esta manera. Así es como se estableció el antiguo pacto.Bajo el nuevo pacto, sin embargo, Dios les promete a Sus seguidores que vivirá con ellos a través de Cristo. Dios se convertirá en Su Padre y les dará la bienvenida en Su presencia para siempre. En realidad, para que esto ocurra, no se depende en absoluto de la habilidad del creyente para obedecer la ley, ya que todos los creyentes dependen solamente de Cristo. Pablo escribió al comienzo de esta carta lo siguiente: "porque todas las promesas de Dios en él son «Sí». Por eso, por medio de él también nosotros decimos «Amén», para la gloria de Dios" (2 Corintios 1:20).
En otras palabras, Cristo nos asegura que las promesas de Dios se han cumplido y se seguirán cumpliendo. ¿Cómo deberían responder los creyentes ante estas promesas de Dios? Debemos limpiarnos en cuerpo y espíritu. Dado que Dios vive con los creyentes en este momento a través del Espíritu Santo, los cristianos deben eliminar de sus vidas cualquier cosa que se oponga a Dios. Para los corintios, quienes vivían en una cultura que había normalizado la adoración de ídolos, entre otras muchos cosas, todo esto significaba que debían cortar de raíz cualquier tipo de involucramiento en ese tipo de actividades.
Ese proceso continuo de limpieza espiritual es la manera en que podemos "perfeccionarnos en la Santidad". Dios es quien elige a Sus seguidores para que cumplan Sus propósitos, y lo hace por todas las personas que se acercan a Él a través de la fe en Cristo. Esa es la manera en que también comienza el proceso de hacer que esa persona se vaya restaurando y pareciéndose cada día más a la imagen de Cristo (2 Corintios 5:17).
Pablo dijo que Dios también terminará esta obra en cada creyente (1 Corintios 1:8). Los cristianos, sin embargo, deben participar en esa obra obedeciendo los mandamientos de Dios y dejar de lado toda desobediencia "en el temor del Señor", mostrándo respeto por el poder y la justicia de Dios. Debemos también ser conscientes de que un día Cristo juzgará las obras de cada creyente cuando regrese, no para decidir el destino eterno de esa persona sino para darle lo que le corresponde de acuerdo con la forma en esa persona vivió su vida (2 Corintios 5:10).