¿Qué significa 2 Corintios capitulo 8?
Habiendo abordado el tema de la carta tan dura que tuvo que enviarles a los corintios y la alegría que sintió al darse cuenta de que finalmente se habían arrepentido de todo lo que había sucedido entre ellos, Pablo pasa ahora a hablar de un nuevo tema: la colecta de fondos que estaban reuniendo para los cristianos que estaban sufriendo en Jerusalén. Los corintios habían acordado participar en esa colecta aproximadamente un año antes. Pablo les dio instrucciones sobre cómo hacerlo en 1 Corintios. Sin embargo, durante este tiempo comenzaron a surgir algunos asuntos difíciles entre ellos y Pablo. Por tanto, ¿iban a participar en la ofrenda o no?Pablo comienza hablando de la manera en que las iglesias de Macedonia reaccionaron ante esto. Aunque estaban sufriendo muchísimo debido a constantes persecuciones y la pobreza que estaban experimentando, esas iglesias le rogaron a Pablo que les permitiera participar en la colecta. No solo eso, sino que dieron más allá de sus posibilidades para ayudar a los cristianos judíos que estaban sufriendo en Jerusalén. Pablo dice que hicieron esto porque se entregaron al Señor y luego, por la voluntad de Dios, se unieron a los esfuerzos que Pablo estaba haciendo para recaudar esos fondos (2 Corintios 8:1–6).
Con esto en mente, Pablo anima a los corintios a comprometerse a participar y a sobresalir mientras participaban en ese "acto de gracia", tal y como lo hacían con su fe, con su manera de hablar, en su conocimiento, y en el amor que sentían por Pablo y sus colaboradores. Pablo no les estaba ordenando que participaran en la colecta, ya que eso anularía totalmente el propósito del regalo en sí. En cambio, les pide que entiendan esto como una oportunidad para demostrar que realmente amaban a los demás tal y como lo hace Cristo (1 Corintios 8:7–8).
Después de todo, añade Pablo, Cristo hizo muchísimo por ellos. Cristo dejó voluntariamente las riquezas espirituales y la seguridad del cielo para venir a la Tierra, se convirtió en un hombre y murió por sus pecados. Cristo hizo eso para que todos los que creyeran en él pudieran alcanzar la vida eterna. Por lo tanto, había llegado el momento de seguir el ejemplo de Cristo y comenzar a sacrificarse por el bien de los demás.
Hacía un año, dice Pablo, los corintios estaban listos para dar. Por lo tanto, en ese momento deberían seguir querer dando. Pablo no les estaba pidiendo que dieran todo lo que tenían o que dieran más de lo que tenían, sino que les estaba pidiendo que siguieran el principio bíblico de dar en proporción a lo que tenían. Pablo dice que los cristianos deben ser justos, los que tienen mucho tienen que darles a los que tienen poco para que todos acaben teniendo lo suficiente (2 Corintios 8:9–15).
Pablo dice que tres hombres iban a ir a Corinto para ayudar con la recolección de los fondos y para entregarles esta carta. Tito había estado recientemente en Corinto e iba regresar específicamente para llevar a cabo esta misión porque amaba mucho a los corintios. Tito era un colaborador de Pablo y se preocupaba por Pablo y los corintios tanto como Pablo se preocupaba por los corintos.
Además, dos hombres anónimos iban a acompañar a Tito como representantes de las otras iglesias que iban a participar en la colecta de este regalo. Uno de esos hombres se nos describe como si fuera un hombre famoso por la manera o la cantidad de veces que había proclamado el evangelio. El otro era un hermano digno de confianza en el ministerio, los corintios confiaban en él, y era un hombre que se tomaba el ministerio muy en serio.
Estos dos hombres iban a ayudar para asegurarse de que la colecta y la distribución de los fondos se realizara de la mejor manera posible para que todos pudieran confiar en la integridad de Pablo y la manera en que lo había organizado todo. Pablo no quería que nadie pusiera en duda su integridad en cuanto a la manera en que había lidiado con esta colecta desde el principio. Estos hombres también iban a informarles a sus iglesias acerca de la manera en que los corintios respondieron finalmente a la oportunidad de ayudar a los más necesitados. Pablo les pide que, a través de su regalo, demostraran el amor cristiano que llevaban dentro (2 Corintios 8:16–24).